sábado, 6 de febrero de 2021

¿Cómo puedo ser justificado ante Dios?

 

¿Cómo puedo ser justificado ante Dios?


¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? Job 25:4

No hay manera en que un hombre alcance la justicia en sí mismo, no importa qué tanto intente cumplir la ley, el propósito de la ley no es salvar a quien la cumple sino mostrar el pecado y cuán lejos de Dios estamos (Gálatas 2:16). La ley es perfecta y demanda perfección, es pura, limpia y santa pero los hombres somos carnales con tendencia al pecado. (Romanos 7:12).

¿Entonces cuál es nuestra esperanza? Pues es, que en este tiempo, ahora, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él. (Romanos 3:21-22a)

La respuesta a la pregunta, ¿cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? Es que el hombre es justificado, hecho inocente a los ojos de Dios, por medio de la fe en Cristo, por la fe en el justo que murió por los injustos (Romanos 1:17). Cristo cumplió el castigo que era para nosotros, porque no podíamos alcanzar la justicia por nosotros mismos, es dada por Dios, es un don divino y esta es la revelación del evangelio que anuncia este regalo de justicia para nosotros por medio de la fe en Cristo.

Hermanos, somos hallados en Él, en Cristo, no teniendo nuestra propia justicia por medio de obedecer la ley; más bien, llegamos a ser justos por medio de la fe en Cristo (Filipenses 3:9). Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de Él procede o se basa en la fe. Y Dios coloca como garantía de esta justicia dada, su Santo Espíritu en el creyente, para derramar de su amor y al tener el amor de Dios en nuestro corazón (Romanos 5:5), podemos cumplir la ley de amor, pues el amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley. (Romanos 13:10).  Oración.

«Padre, gracias a Cristo me has limpiado, me has justificado, me has colocado en tu presencia, ya no estoy lejos de ti, tengo un futuro y una esperanza, tengo seguridad no en mí mismo, sino en ti. Dios incomparable lleno de justicia y bondad, te alabo porque tú mismo nos viniste a buscar por medio de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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