viernes, 29 de abril de 2022

Administración sabia y diligente

 


Administración sabia y diligente

“Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida” Proverbios 24:30-31.

Cuando Dios nos da alguna posesión en administración es de gran responsabilidad, pues en algún momento el dueño y Señor de aquello pedirá cuentas a sus siervos. La sabiduría y la diligencia son dos aspectos claves que nos ayudarán a desempeñar una correcta administración.

La palabra de Dios nos enseña que al hombre perezoso no le tarda en llegar la necesidad y la pobreza (Proverbios 6:9-11), pero así mismo también nos declara que es en vano que nos levantemos muy temprano y vayamos muy tarde a descansar si Dios no está como prioridad y base de todas nuestras labores (Salmos 127:1-2).

Debemos entender que hay tiempo para trabajar y tiempo para descansar, este es un principio dado y enseñado por Dios desde el inicio de la creación; Éxodo 20:11 dice “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó». Así que, es importante que semanalmente dispongamos un tiempo para descansar y adorar a Dios.

El proverbio dice “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22). Por lo que, podemos decir entonces, que la esencia de la administración sabia y diligente está en construir todo bajo las enseñanzas de Dios, pues de Él es que viene nuestra fuerza, sabiduría y bendición.   Oración.

«Padre Celestial, reconozco que todo lo que me has dado ha sido en administración y gracias a tu don. Te doy gracias porque te encargas de suplir cada carencia y equivocación que como humano tengo, pero así mismo te pido cada día me hagas más dócil y dependiente de ti, pues solo a través de tu sabiduría, dirección y fuerza puedo ser ese administrador sabio y diligente que Tú quieres que yo sea. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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