martes, 27 de diciembre de 2011

La Persona y la obra del Espíritu Santo


 La Persona y la obra del Espíritu Santo
 Escrituras clave
Juan 14:12,15-27 Hechos 1:4-8
Juan 16:5-15 1 Corintios 2:9-16
 Introducción
El Espíritu Santo no es una vaga influencia ni una idea mística, es una persona. Esto significa que puede comunicarse y hacerse real a nosotros.
No podemos necesariamente verle, pero es real y puede impresionar mucho nuestra vida por medio de nuestro ser interior. Es el tercer miembro
de la triple divinidad. Como Dios el Padre y Dios el Hijo, el Espíritu
Santo es eterno (Hebreos 9:14), omnipresente -presente por todas partes (Salmo 139;7), omnisciente -todo lo sabe (1 Corintios 2:10), y omnipotente
-todo lo puede (Lucas 1:35). Nos muestra atributos de personalidad; intelecto (Romanos 8:27), voluntad (1 Corintios 12:11), y sensibilidad
(Efesios 4:30). El está íntimamente dentro de las situaciones de nuestra vida, comunicándose con nosotros, abriéndose a nosotros y buscando
para que nos abramos a El en respuesta. Es una persona y nos habla personalmente. Todo creyente debería conocer la realidad y poder del Espíritu
Santo, trayendo vida directamente a lo más íntimo de su ser, fuerza en su vida (Juan 7:38-39). Sin el Espíritu Santo no podríamos vivir
nunca en el poder de Dios, ni conocer la fuerza de Dios en nuestra vida cotidiana. Para pleno placer y satisfacción en nuestra existencia humana
necesitamos este gran don, el Espíritu Santo de Dios nuestro Padre.