miércoles, 11 de marzo de 2020

Dios ya me conocía desde antes de nacer


Dios ya me conocía desde antes de nacer
“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” Salmos 139:16
Es increíble leer este pasaje y saber que todavía hay personas que dudan de la existencia de Dios. El proyecto Genoma humano, se realizó por parte de varios investigadores e institutos en el mundo con el objetivo de determinar la secuencia y componentes genéticos del ser humano, se descubrió que este mapa contiene millones de datos organizados. Según el Instituto Nacional para la investigación del genoma humano (National Human Genome Research Institute), el genoma: “contiene las instrucciones genéticas necesarias para desarrollar y dirigir las actividades de todo organismo” (1). Y este salmo habla de que estaba escrito (codificado) en un libro todas las cosas que luego fueron formadas, ¿se parece esta definición a la que los investigadores encontraron siglos después de que se escribiera este pasaje?, ¿quién colocó o programó esta información estructurada? Por supuesto que el Dios todopoderoso.
Así que esta verdad, escrita en la Biblia, es contundente, Dios nos planeó en su mente. Cada momento fue diseñado, antes de que un solo día pasara ya había determinado nuestra existencia, porque somos fruto del amor de Dios y no de un error. Él nos formó en el vientre de nuestra madre, y no se quedó allí, ahora nos demuestra su amor mediante el evangelio, el anuncio de la muerte y Resurrección de Jesús, para que el pecado no more en nosotros, sino que seamos renacidos y salvados mediante la fe en su hijo Jesús.
Es una razón poderosa, saber que nuestro Dios en su infinito amor, no sólo diseñó nuestra existencia, sino que además nos salvó del poder del pecado que nos destruía. Esto nos debe llevar a cumplir el mandamiento más importante: amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos (Mateo 22:36-40). Oración.
«Gracias Señor porque no soy fruto de una casualidad ni de un error, sino que soy fruto de tu inmenso amor, que en Cristo me hizo una nueva creación y si estoy en Cristo soy nueva criatura, creado para darte gloria, honra y honor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.