martes, 31 de julio de 2012

La finalidad del bautismo


La finalidad del bautismo o inmersión es obtener el perdón de los pecados (Hechos 2.38; 22.16; 1 Pedro 3.21). Algunos equivocan el propósito del bautismo. Contrario a la Biblia, enseñan que el bautismo sólo es para dar un testimonio público de que ya uno es cristiano. Otros aumentan el error, cuando afirman que el bautismo sólo es la puerta que le da entrada al cristiano a la iglesia local. Para los que así predican, el bautismo sólo viene a ser el acto por el cual el cristiano se incorpora a una congregación, y que se hace hasta tiempo después de la conversión. Dicha doctrina no aparece por ningún lado en la Biblia. Por la Biblia misma sabemos que los convertidos no necesitan ser incorporados a ninguna organización humana, sino que el mismo Señor los añade a su propia iglesia (Hechos 2.41,47). El ser ya cristianos, les da derecho a ser miembros de cualquier congregación local, o a iniciar una en su casa o en cualquier parte. Al ser bautizado, usted debe saber que el agua no tiene la virtud de lavar sus pecados, pero que el bautismo es más que agua. El bautismo es más que agua, porque en él todo bautizado recibe los beneficios de la muerte y resurrección de Jesucristo (Romanos 6.3-5; Colosenses 2.12,13; 3.1-4). Ser muerto, sepultado y resucitado juntamente con Cristo es lo mismo que decir: "tenemos redención por su sangre" (Efesios 1.7)
El bautismo bíblico debe suministrarse "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28.19). Por eso conviene que la persona que lo hubiere de bautizar diga algo así: "Yo te bautizo para el perdón de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Dicho esto, en segundos él podrá sumergirlo en el agua y extraerlo (Romanos 6.3,4; Colosenses 2.12).