domingo, 28 de junio de 2009

“El secreto está en los labios”


“El secreto está en los labios”


Mateo 1:24 – 25…“Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo y le puso por nombre Jesús.


INTRODUCCIÓN:

Lograr conservar tu bendición en Dios, requiere mayor esfuerzo que alcanzarlas. El proceso para conservar tu bendición en Dios está en los labios; tus palabras han de ser sazonadas con sal, con miel y azúcar, para conservar tu pureza, requieres ser envasado al vacío y tienes que ser ahumado con la oración. El proceso de la liofilización.

El secreto está en los labios, porque uno piensa y luego habla y así como uno piensa así es el tal; lo que uno confiesa con los labios a eso se amarra.

José se enamora de María, quien sería la elegida para que el Verbo fuera encarnado; pero de pronto María recibe una visitación que en el Libro de Isaías estaba profetizada que una virgen daría a luz. José despertó del sueño donde el ángel del Señor le advierte: “cuidado dejas a María porque el niño es obra del Espíritu Santo”; en la versión de las Américas dice esta frase que me llamó mucho la atención y dice...”Y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo”.Lograr algo no es igual que conservarlos, no es tan difícil llegar y lograrlo; lo realmente difícil es conservarlo, eso requiere un mayor esfuerzo.- Hay un secreto en poder conservar una bendición.

Lograr bendiciones espirituales requiere de un esfuerzo pero “conservarlas”..., José dijo: La voy a conservar porque el cielo me ha dicho ella es virgen, la quiero conservar.