martes, 30 de octubre de 2018

Todos éstos perseveraban unánimes en oración


Hechos 1:14. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.  La iglesia del Libro de Los Hechos era una iglesia de oración. Ellos poseían una perseverancia en la oración, ¡si algo sabían hacer era orar! La Biblia registra vez tras vez como los primeros discípulos continuamente oraban, oraban y oraban. La vida de la iglesia siempre incorporaba la oración congregacional como nos dice Hechos 2:42, “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” Dentro de sus reuniones abundaba la oración, toda la vida de la iglesia era como resultado directo de la oración ferviente que ellos hacían.
Era una oración llena de poder, ¡cuando ellos oraban cosas sucedían! Las oraciones de los primeros discípulos tenían resultados inmediatos. En Hechos 4:31 nos dice, “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” Había un mover del Espíritu Santo, el fuego y la pasión para cumplir la gran comisión era muy evidente en las vidas de los discípulos. Podemos ver una iglesia llena de poder, con milagros y prodigios sucediendo diariamente. Había un sismo espiritual, los cimientos eran sacudidos y la gloria de Dios descendía sobre su pueblo.
Aun en medio de las persecuciones, amenazas y las fuerzas contrarias del enemigo, ¡la iglesia triunfante del Señor hacia oración! En Hechos 12:5 nos dice, “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” Entre más les atacaba el enemigo, ¡ellos oraban más! No había nada que los detuviera de la misión que Cristo les había encomendado. La oración era la llave para el avance, progreso, y aceleramiento de la iglesia primitiva. Esto es exactamente lo que la iglesia de hoy día necesita, ¡regresar una vez más al altar de oración y clamar por un mover del Espíritu Santo en nuestros días!
Es tiempo de regresar una vez más a la oración, ¡no hay otro plan efectivo! La iglesia que ora es una iglesia que será distinguida por su poder y por la gloria de Dios que habita en sus medios. Como creyentes hoy es el tiempo para comprometernos una vez más a una vida de oración. Si lo hacemos, ¡nuestra vida será revolucionada. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito