domingo, 10 de enero de 2021

Un corazón sincero

 

Un corazón sincero


“Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez”. Marcos 7:18-22

“Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Hebreos 10:22

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. Salmo 139:23-24

Los fariseos y escribas hicieron una acusación a los discípulos de Jesús porque los vieron “comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas” (Marcos 7:2). Era una excusa para mostrar sus verdaderas intenciones de condenar a Jesús, pues creían que siguiendo tradiciones y reglas estaban agradando a Dios, su devoción no era sino apariencias y mandamientos de hombres, pero su corazón estaba distante de Él. Los judíos afirmaban que la contaminación real era la física, pero Jesús dijo que la verdadera contaminación era la moral y espiritual.

Cuando Dios se refiere al corazón, en el libro de Jeremías 17:9 dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Está mostrando la verdadera condición del hombre afectado por el pecado, cuando rompe la relación con Él y vive bajo su propio razonamiento. Ese desajuste hizo que toda la raza humana se corrompiera por el pecado, dejando de vivir en el Espíritu y dando paso a los deseos de la carne.

Las consecuencias de nuestra separación trajeron todas las cosas que Marcos menciona aquí, que provienen de nuestro interior y que es lo que realmente nos contamina. La Palabra de Dios es el espejo que refleja la verdadera condición de nuestro corazón, pues nos muestra nuestra ambición egoísta que quiere hacer su voluntad y no la de Dios.

Después de dos mil años, sigue arraigado en el corazón del hombre que la verdadera pureza espiritual tiene que ver con cosas externas. En muchas religiones sigue habiendo innumerables ritos de lavamientos para alcanzar la pureza del alma y listas de alimentos prohibidos que si los consumen, verán estropeada su relación con Dios, pero Jesús dijo muy claro «nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar». El Llamado de Dios es más bien acercarnos a Él sinceramente, para escuchar su voz y poder transformar nuestro interior, purificando nuestro corazón de pensamientos y acciones que nos contaminan ante sus ojos.  Oración.

«Amado Jesús, que bueno, en esta mañana, acercarme a ti con un corazón sincero, contrito y humillado, reconociendo la condición de mi ser, entendiendo que todos los malos deseos salen de mi interior. Hoy necesito que cambies mi corazón y me permitas vivir agradándote, andando en el Espíritu para hacer tu voluntad. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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