lunes, 12 de septiembre de 2022

Nuevo mandamiento

 


Nuevo mandamiento

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” Juan 13:34-35 RVR 1960.

Al meditar en el contexto del pasaje de hoy, Jesús está anunciando a sus discípulos que la gloria de Dios se manifestará en su muerte y resurrección, puesto que Él pondrá su vida en rescate por muchos (Juan 13:31-33); y luego de anunciarles este hecho, les da un nuevo mandamiento “Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13:34b).

Pero antes, los fariseos le habían preguntado ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mateo 22:36-40).

Entonces, ¿por qué es un nuevo mandamiento, si ya estaba escrito acerca del amor al prójimo?; la respuesta es porque cambia la medida del amor, antes era “como a ti mismo”, ahora, luego de su muerte y resurrección, es “como yo os he amado”.

El apóstol Juan lo resume de manera muy clara, dice “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).

El Señor Jesús cumplió el mandamiento del que depende toda la ley y los profetas, el cual nosotros, en nuestra naturaleza pecaminosa, éramos incapaces de cumplir. Pero ahora, por la fe en Cristo, Dios derrama su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo, para que amemos a nuestro prójimo como Él nos amó.

Estamos llamados entonces a permanecer y andar en su amor, como dice Efesios 5:2: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” Oración.

«Gracias Señor Jesús porque diste tu vida por mí para rescatarme del pecado que me condenaba y del maligno que me encadenaba; ahora soy libre para amar a mi prójimo con el amor con el que tú me amaste primero. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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