viernes, 26 de febrero de 2021

Vivamos por el Espíritu, andemos por el Espíritu

 

Vivamos por el Espíritu, andemos por el Espíritu


“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” Gálatas 5:25

Antes de ir a la cruz, el Señor Jesús dejó una promesa a sus discípulos, que cambiaría nuestra vida de manera profunda, Él le llamó “otro Consolador” (Juan 14:16), de su misma sustancia y esencia, pues aclara que es el Espíritu de Verdad, que vive con ustedes y después estará en ustedes (Juan 14:17), es decir, Cristo mismo andaba con ellos, pero luego de su muerte y resurrección estaría “en” ellos, y esto sucedió el día de pentecostés, cuando fue derramado sobre los creyentes, el Espíritu Santo. (Hechos 2).

Y ahora, por el anuncio que iniciaron los apóstoles, ha llegado hasta nuestro día el mensaje de la buena noticia, de que todo aquel que cree en Jesús, recibe el Espíritu de Cristo, pues recibimos al Espíritu Santo porque creemos en el mensaje que escuchamos acerca de Cristo (Gálatas 3:2).

Luego de que el Espíritu Santo cayera sobre los que esperaban la promesa, el apóstol Pedro explica a otros que también estaban allí, el cumplimiento de las profecías anunciadas por los profetas, acerca de Cristo y de la venida de su Espíritu sobre toda carne, y los que escucharon este mensaje se sintieron profundamente conmovidos y preguntaron: “¿qué debemos hacer?” (Hechos 2:37), a lo cual Pedro, les da una respuesta contundente, que aún resuena hasta nuestros días: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38)

Así como aquellos que escucharon a Pedro, también nosotros cambiemos nuestra forma de pensar, escuchando atentamente y obedeciendo el mensaje del nuevo nacimiento por la Palabra de Dios (1 Pedro 1:23) y de la renovación en el Espíritu Santo (Tito 3:5) así como en cada aspecto de nuestra vida sigamos la guía del Espíritu, siendo conscientes de su presencia en nosotros, porque nos ha sido concedido por su gracia, que sea revelado el mayor secreto guardado durante siglos, y este secreto es: Cristo vive en nosotros. Eso nos da la seguridad de que no estamos solos y de que participaremos de su gloria. (Colosenses 1:26-27)   Oración.

«Señor Jesucristo, fue para mi conveniencia que tú te fueras, pero luego vinieras a vivir en mí por medio de la fe, en la presencia de tu Santo Espíritu, que llena y guía mi vida a toda verdad. Ayúdame a que de ahora en adelante sea consciente de esta verdad y de tu presencia en mí, viviendo para amar a los demás, como tú lo hiciste conmigo. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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