lunes, 26 de febrero de 2018

Lázaro


Lázaro


Entre las muchas historias impactantes de Jesús hoy quiero narra una en especial y es sobre la muerte de Lázaro.

María, Marta y Lázaro eran hermanos y eran muy queridos por Jesús, cuando Lázaro enfermo sus hermanas mandaron a avisar a Jesús esperando una respuesta de él: “Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.” Juan 11:3 (Reina-Valera 1960), pero sorpresivamente la actitud de Jesús frente a esta noticia fue de confianza y calma al mismo tiempo, Jesús dijo: “Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” Juan 11:4 (Reina-Valera 1960), es decir que desde un inicio Jesús sabía muy bien lo que iba a pasar y lejos de apresurarse hizo lo siguiente: “Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.” Juan 11:4 (Reina-Valera 1960).

A veces en la vida nos pasa algo similar, estamos en apuros y necesitamos una acción rápida de Dios y como respuesta recibimos confianza y calma de parte de Él, cuando lo que quisiéramos es que se apresurara.

Hay algo que me llama la atención de esta historia y es que seguramente las hermanas de Lázaro enviaron a avisar a Jesús mientras Lázaro agonizaba y dichos enviados tardaron en llegar a Jesús, porque luego del aviso de estos Jesús se quedó dos días más en el lugar donde estaba y cuando Jesús llego al Betania Lázaro tenía cuatro días de estar en el sepulcro, es decir, que había muerto, lo habían llorado y luego sepultado y de allí tenía cuatro días de estar en el sepulcro: “Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.” Juan 11:17 (Reina-Valera 1960). Seguramente fue por eso que Jesús no se apresuró, porque Él ya sabía que había muerto desde el momento que le dieron la noticia, es decir que no es que a Jesús no le importará, sino que la muerte ya había llegado a Lázaro cuando supo la noticia de su enfermedad.

A veces pareciera que a Dios “no le importa” lo que estamos pasando, pero la realidad es que hay momentos en los que ya estamos en el embrollo y no hay nada más que hacer para evitarlo, entonces la función de Dios no va ser evitarlo, sino sacarte de allí.

Jesús sabía desde un primer momento lo que ocurriría, Él ya tenía un plan trazado por eso cuando se dispuso a ir a Betania con sus discípulos les dijo de antemano: “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.” Juan 11:11 (Reina-Valera 1960). A Dios no se le escapa ningún detalle, aunque para nuestra vista y razón pareciera que sí, la realidad es que no, Él lo tiene todo controlado.

Me deja una gran lección de fe lo que tanto Marta como María le dijeron a Jesús cuando lo vieron: “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.” Juan 11:21 (Reina-Valera 1960). “María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.” Juan 11:32 (Reina-Valera 1960). Las dos le dijeron exactamente lo mismo a Jesús denotando de esta forma la fe que existía en ellas hacia Él.

En esta historia también podemos ver el lado más humano de Jesús: “Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.” Juan 11:33-36 (Reina-Valera 1960). Ver llorar a Jesús con los que lloran me hace entender que a pesar que Él tiene las respuestas a nuestros problemas, Él nos comprende y nos acompaña en el dolor o en la perdida. ¿Por qué lloraba Jesús si Él desde un inicio sabía que Lázaro volvería a la vida?, no olvidemos que Jesús era humano también y como tal tenia sentimientos y emociones, notar el dolor que embargaba a sus amados amigos lo conmovió y es allí en donde los verdaderos líderes se conocen, pues hay que reír con los que ríen y llorar con los que lloran. A veces cometemos el enorme error de hacernos los fuertes, cuando en ocasiones la gente lo único que necesita es que los acompañemos en el dolor, que sintamos con ellos y que los entendamos, Jesús lo hizo.

Llego el momento de hacer uno de los milagros más sorprendentes que Jesús hizo: “Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:38-40 (Reina-Valera 1960). A pesar que Jesús había dicho ya a Marta que iba ser resucitar a Lázaro, ella aún no había comprendido la forma, pues pensaba que sería en el día postrero de la resurrección, por esa razón no entendía lo que Jesús estaba haciendo, sin embargo Jesús estaba a punto de hacer un milagro maravilloso para testimonio de todos.

“Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!” Juan 11:41-43 (Reina-Valera 1960). Para muchos quizá ese momento habrá sido de locura, pues nunca habían visto algo similar, sin embargo aun cuando no entendemos las formas de actuar de Dios, debemos estar confiados en que haga lo que haga será una respuesta maravillosa y perfecta.

La Biblia dice que aquel que había muerto, volvió a la vida: “Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.” Juan 11:44 (Reina-Valera 1960).

¿Cuál es nuestro Lázaro?, ¿Cuánto tiene de muerto?, ¿Qué es aquello que crees que ya no tiene solución?, ¿Qué es eso que te hace llorar y que piensas que no volverá a ser igual?, hoy Dios quiere recordarte que Él tiene todo bajo control y que solo se necesita tener fe para creer lo que Él es capaz de hacer.

Posiblemente hoy te encuentre en una encrucijada en donde el problema ya está presente y ya no puedes hacer nada, entonces es hora de llamar a Jesús y aunque pareciera que tarda, Él siempre llegará a tiempo para realizar sus milagros sorprendentes sobre nuestra vida.

Hoy Jesús te dice: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

¿Crees?, ¿Quieres ver la gloria de Dios?, entonces era necesario ese Lázaro en tu vida para que pudieras ver y creer lo que Dios quiere y puede hacer en tu vida.

¡Ten ánimo!, ¡Confía!, ¡Nunca creas que todo está perdido!, porque Dios puede llegar hasta donde estas, quizá te acompañara en tu dolor y llanto, pero terminara haciendo una obra maravillosa en tu vida que te sorprenderá grandemente.

Creámosle a Dios, confiemos en Él, nunca des por muerto o terminado algo, porque Dios es experto en hacer que lo que estaba muerto o perdido, sea restaurado y vuelto a la normalidad.

¡Cree en Él y verás sus respuestas llenas de gloria!
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domingo, 25 de febrero de 2018


Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas
“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos.
Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques” Salmos 84:5-6
¡Qué hermosos versículos y qué profundo su significado!
Bienaventurado significa doblemente feliz, lo cual podré experimentar al depositarme totalmente en ti, estando tu palabra grabada en mi corazón y tus caminos en mi alma.

Bienaventurado soy al buscarte y anhelarte día a día.

Bienaventurado soy sabiendo que, como resultado de tener en ti mis fuerzas y tus caminos en mi corazón, saldré como oro refinado de las pruebas.

“El oro tiene que ser metido en el fuego purificador, antes de que pueda ser moldeado o martillado en un ornamento de belleza para el Rey”

Dios me recuerda que en este camino junto a Él:

Habrá lágrimas:” Atravesando el valle de lágrimas”. Dios, en su amor hacia mí, ha planificado pruebas en mi camino para ir moldeándome a Su Imagen. Cada prueba es un recordatorio que soy importante para Él. El diamante, para tener más valor, necesita que el pulidor vaya tallando caras, cada cara implica un nuevo dolor, pero le da más valor al diamante ya que su precio es más caro cuando más caras tiene…pues refleja en su interior más luz… igual que nosotros: las pruebas, en las manos de nuestro tallador, van sacando caras más preciosas que nos ayudaran a reflejar mejor la luz de Cristo. ¿Cuán valiosa quiero ser?…. no temamos atravesar el valle de lágrimas…
Habrá una compañía: La presencia de Dios en medio de este valle de lágrimas.
Habrá bendición:” lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques”. Esas lágrimas vertidas no son desperdiciadas por Dios… ¡Qué hermoso el pensar que cada una de ellas llegan a llenar una fuente! Una fuente que es señal de lugar donde otros pueden venir a saciar su sed, un lugar agradable que atrae a otros y cuyo contenido puede ser usado a favor de ellos y mío también.
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sábado, 24 de febrero de 2018

Punto 2. ¿Cómo Adquirimos Fe?


Punto 2. ¿Cómo Adquirimos Fe?
Así que la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. Romanos 10: 17

La mejor manera de obtener fe es oyendo la Palabra de Dios. Es importante que no solo la escuchemos con nuestros oídos sino que también la escuchemos con nuestro corazón. El oír la Palabra de Dios en nuestros corazones se requiere mente abierta y hambre por el mensaje de Dios.
Sugiero que se lea la Biblia en voz alta, particularmente el Nuevo Testamento. Dígase las escrituras a sí mismo. Ponga su nombre donde el mensaje es personal. Haga una lista de las promesas que la Palabra de Dios tiene para usted. Por fe, crea, reciba y confiésela diariamente. La fe crecerá a medida que oímos continuamente la Palabra de Dios.
Punto 3. ¿Quién Puede Tener Fe?
Dios nos ha dado una medida de fe a cada uno, esto es, a los cristianos:
Conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3

Pablo está escribiendo a los Cristianos en Roma., pero también  Dios nos da la fe que necesitamos para ser salvos antes de ser Cristianos.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. Efesios 2:8

Evidentemente, cualquier persona que escucha la Palabra de Dios y la recibe puede ejercitar la fe. Eso incluye a todos aquellos que oirán y obedecerán La Palabra de Dios, salvos o en el proceso de ser salvos.
La gente que no oye la Palabra de Dios o que no la obedecen no tienen la clase de fe que es de Dios. La fe requiere el oír y el obedecer.
Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. 2 Tesalonicenses 3: 2

viernes, 23 de febrero de 2018

¿Qué es la Fe?


¿Qué es la Fe? Punto.1.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1

La fe está en el tiempo presente. Lo cree ahora. Lo recibe ahora. Actúa ahora. Una de las grandes diferencias entre la fe y la esperanza está en el tiempo verbal. La esperanza está generalmente relacionada con el futuro, mientras tanto que la fe está relacionada con el presente.
A veces oímos decir que alguien está dando un paso de fe en una nueva aventura. Generalmente quieren decir que no saben lo que va a pasar o que es lo que el futuro tiene para ellos. Sólo sienten el impulso de hacer algo nuevo y lo hacen.
El tipo de fe definida en Hebreos 11:1 No opera de esta manera. En cambio, la fe verdadera en Dios tiene substancia. Cuando una persona se lanza en esta clase de fe, se estará parando sobre Roca sólida. LA SUBSTANCIA ES FE EN LA ETERNA E INALTERABLE PALABRA DE DIOS.
Podemos tener esperanza por algo durante muchos años. Mientras que continuemos esperanzados, eso estará simplemente fuera de nuestro alcance. Por el otro lado, hay muchas cosas que podemos traer a nuestras vidas por medio de la fe. Por ejemplo, la salvación es una cosa buena por la cual tener esperanza. Pero si queremos ser salvos, tenemos que ponerle substancia a nuestra esperanza y recibir a Cristo por fe, ahora mismo. Aunque no lo veamos aparecerse a través de las nubes, o no sintamos la “piel de gallina”, todavía somos salvos si hemos puesto nuestra fe en Jesucristo.
Aunque no haya evidencia física de nuestra fe, tenemos suficiente evidencia en la Palabra de Dios. La evidencia de lo que creemos es nuestra fe en la Palabra de Dios. Dios es un testigo. El nunca miente. Si tomamos a Dios por Su Palabra, esa Palabra va a pasar la prueba porque es eterna.

jueves, 22 de febrero de 2018

Cada Día


Cada Día
Hoy reflexionaba sobre la misericordia de Dios sobre mi vida, esa misericordia que provoca que Dios no me de lo que merezco sino que me perdone cada mañana.

Me doy cuenta cómo muchas veces pierdo de vista el valor que tiene esa misericordia que me tendría que llevar a valorar más y más lo que Dios hace por mí.

Parece ser que a veces estamos tan acostumbrados a esa misericordia que ya ni siquiera la valoramos, sino que la vemos como algo normal, cuando en realidad tiene un enorme valor.

La Biblia dice:

“¡el fiel amor del Señor nunca se acaba!
Sus misericordias jamás terminan.
Grande es su fidelidad;
Sus misericordias son nuevas cada mañana.”
Lamentaciones 3:22-23 (Nueva Traducción Viviente)

¿Te das cuenta de lo que esto significa?, ¿Te das cuenta lo bendecidos que somos al contar con su amor, son su fidelidad, pero sobre todo con su misericordia?

¿Cómo estamos valorando lo que Dios es y hace por nosotros?, ¿De qué forma estamos demostrando lo agradecidos que estamos con Él?

¿Te das cuenta que a veces en lugar de agradecer cada día a Dios por su misericordia lo que hacemos es reclamar, quejarnos, dudar y hasta enojarnos con Él?

¿Qué puedo reclamar a Dios yo?, ¿Qué valor tienen mis reclamos si Él me ha dado más de lo que me merezco?, ¿Cómo puedo quejarme si Dios ha sido infinitamente fiel?, ¿Cómo voy a dudar de sus planes si ellos siempre son perfectos?, ¿Por qué he de enojarme con el dador de vida?

Este día solo tengo palabras de agradecimiento, no quiero pedir nada, no quiero reclamar nada aun cuando Él me halla prometido algo, porque reclamar para mi es cómo que creer que merezco algo cuando en realidad Dios me ha dado más de lo que realmente merezco.

En lugar de reclamar prefiero esperar porque si Él ha prometido seguro cumplirá, no hay porque presionar a Dios, no hay porque apurarlo, Él actúa en tiempos perfectos sin necesidad de mi presión.

Cada día tendría que ser una oportunidad simplemente para agradecer a Dios por lo que ha hecho, que nuestra vida sea un reflejo de agradecimiento por su misericordia, cada día debemos recordar que si estamos acá es porque Él ha tenido misericordia con nosotros.

Sus promesas se cumplirán, tus necesidades serán cubiertas, su fortaleza vendrá a tiempo, su sabiduría te inundará, pero lo más importante de todo esto no es lo que obtendrás, sino lo que ya has obtenido: Su misericordia renovada diariamente sobre tu vida.

¡Gracias Dios porque cada día renuevas sobre mi vida tu misericordia!
Cada Dia

miércoles, 21 de febrero de 2018

De la Ira…a la desobediencia


De la Ira…a la desobediencia
Desde su nacimiento, Moisés fue apartado para los propósitos de Dios, y se convirtió en el caudillo que liberó al pueblo de Israel, sacándolos de la esclavitud a la tierra prometida. Sin embargo, no faltaron las quejas de la gente en contra de Moisés, lo que lo hizo enfurecerse, sin poder controlarse, hasta llegar a desobedecer a Dios, quien, lamentablemente, no tuvo otra alternativa que disciplinarlo y de la manera que más le afectaría: las plantas de sus pies no pisarían la tierra de Canaán.
¿Qué pasó? ¿Por qué Moisés merecía ser severamente castigado si él siguió fielmente a Dios durante muchos años? Esto fue lo que sucedió:
 “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias” Números 20:7-11 (RVR).
Analicemos:
Primero: Tenía que reunir a la congregación como testigos del milagro.
Segundo: Moisés debía hablar a la roca, pero terminó hablando en contra de la gente.
Tercero: Dios había dicho que la roca daría sus aguas, pero Moisés le preguntó al pueblo si  sería capaz de hacer salir agua de la peña.
Cuarto: Moisés levantó la mano y golpeó la roca dos veces. ¡Este fue un terrible error! No era necesario golpear sino hablar.
Tal vez hoy te encuentres en una situación en la que no sabes cuánto tiempo vas a soportar. Si la presión, las quejas y aún las críticas de la gente están a punto de hacerte estallar en ira y quieres golpear esa roca cuando sólo necesitas hablar ¡Ten cuidado! No vaya a ser que esa reacción deshonre a Dios y lo pierdas todo.
Moisés sufrió las consecuencias de un pueblo que lo presionó a actuar sin medida, la Biblia dice que de lejos vio la tierra prometida mas no entró en ella.
¿Cómo reaccionas cuando la gente te da motivos para estallar?
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. Santiago 1:19-20 (NVI)     
De la Ira…a la desobediencia

martes, 20 de febrero de 2018

Mi Dios, suplirá


Mi Dios, suplirá
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19)
Pablo era un hombre que había aprendido a vivir tanto en la abundancia como en la escasez y a través de su ministerio entendió que sin importar la situación en la que estuviera viviendo, Dios supliría todo lo que le faltara. Por tal razón, él lo testificaba con toda convicción.
Hoy por hoy, sus palabras se convierten en una promesa muy alentadora para nosotros, sobre todo cuando la necesidad golpea fuertemente el sustento de nuestra familia, cuando vemos la aparición de una enfermedad que  termina atemorizándonos y robándonos el gozo y la paz que vienen del Señor y, en algunos casos, hasta la falta de un amor verdadero.
Si cualquiera de las anteriores situaciones está compungiendo tu corazón y a pesar de que te esforzaste , trabajaste duro por alcanzar tus objetivos y aun así no te es posible suplir esas necesidades, entonces es momento de revisar prioridades y preguntarte si estás viviendo encerrado en buscar las cosas terrenales, las cuales  perecen, o las celestiales que permanecen para siempre.
A veces nos encontramos en una encrucijada de necesidades y en vez de acudir primeramente al que es el dueño del oro y la plata, nos enfocamos en cómo resolver el problema.
Si hasta este día padeces necesidad continua, tal vez sea porque estás buscando todo menos la presencia de Dios. Pero déjame decirte que cuando Él ocupe el primer lugar en tu vida, hogar, matrimonio y economía, no tendrás falta de ningún bien.
¿No es asombroso pensar que todo lo que nos haga falta será suplido?
Por ello, es necesario aprender a confiar en el que sustenta a las aves del cielo y viste a los lirios del campo. Quizás tu situación actual te dice que no hay salida y necesitas urgentemente intervenir para que las bendiciones de Dios sean sobre tu vida. ¡No te desesperes, ni temas dice el Señor! Sólo confía y Él hará. Pues las mayores victorias de la vida se obtienen de rodillas.
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33 (RVR).

lunes, 19 de febrero de 2018

Donde hay respuesta a cada oración


Donde hay respuesta a cada oración
No debemos suponer que simplemente porque somos cristianos hemos aprendido el secreto de permanecer en Cristo. Jesús dijo: “Si permanecéis en Mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15: 7). Permanecer en Él es vivir en incesante fusión con Sus pasiones. Es haber encontrado la morada de Dios donde no existe ninguna barrera o sombra entre nuestra debilidad y Su suficiencia, o entre nuestro anhelo y Su cumplimiento.
Considerando la magnitud de las promesas de Dios, en realidad es una desgracia que la mayoría de nosotros no tenemos más que unos minutos de devoción cada día y uno o dos servicios de iglesia cada semana.


El refugio de Dios no es sólo un lugar para visitar a Dios, es también un lugar para morar con Él. Para aquellos que conviven con Dios, Su presencia no es meramente nuestro refugio; es una dirección permanente. Cuando estamos permaneciendo en Cristo, así como Él y el Padre son Uno, también nos volvemos en uno con Él. Su vida, Su virtud, Su sabiduría y Su Espíritu es lo que nos sostiene. Nos volvemos perfectamente débiles, incapaces de resistirle. Al igual que la relación del Hijo con el Padre,  no hacemos nada por nuestra propia iniciativa a menos que sea algo que le veamos hacer. Si Él no nos exige nada más que nuestro amor, estamos bien contentos. Jesús es nuestra primera opción, no nuestro último recurso.

Para aquellos que han entrado al lugar de habitación, nuestras preguntas no son acerca de doctrinas o acerca de pronunciar la oración correcta en el altar. Hemos encontrado a Aquel a quien nuestra alma ama. Estamos limitados y guiados por Su voz, entregados y encarcelados en Su amor.

Él dice, “Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de la senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante” (Cantares 2:14).

Esta comunión de corazón entre Cristo y Su esposa es una fortaleza. Es el refugio de Dios para las angustias y distracciones de la vida. Aquí Él nos dice qué orar; aquí nuestras súplicas son contestadas. Sin embargo, a pesar de nuestros defectos y la debilidad de nuestras oraciones, para Él nuestra voz es dulce; a pesar de nuestra pobreza, nuestro aspecto es hermoso a Sus ojos.

En el seno de Cristo
¿Qué somos para Jesús? ¿Nos ha dado la vida solamente para probar Sus habilidades creativas? No. Existimos para el cumplimiento de Su amor.

“Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin” (Juan 13:1 LBLA).

Usted es amado por el Señor. Él le valora. Jesús murió personalmente por cada uno de nosotros; Él ora al Padre por nosotros por nuestro nombre. Usted dice: “Pero estoy lleno de temores, envuelto con fracaso”.

Él dice, Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo…, para que vean mi gloria” (Juan 17:24, LBLA).

Cristo nos aprecia porque somos un regalo del Padre a Él. Jesús sabe que el Padre sólo da buenas dadivas (Santiago 1:17). Sí, somos imperfectos, pero Cristo nos ve en nuestra plenitud completa. Viendo el fin desde el principio, Él nos recibe con alegría.

¿Y qué clase de regalo somos? ¿Somos una recompensa, o quizás un desafío? No. Somos Su novia. La mirada de nuestros ojos hace que su corazón lata más rápido (Cantares 4: 9). Y es aquí, en el amor que compartimos con Jesús, que estamos seguros en el refugio de Dios.

Señor, perdóname por la inconsistencia de mi compromiso contigo. Maestro, con todo lo que soy, deseo una comunión inquebrantable contigo. Incluso ahora, moldéame para encajar perfectamente en Tu presencia, para que yo viva en unidad contigo, para que viva fortalecido por el impulso de Tu voluntad.

domingo, 18 de febrero de 2018

Levántate y resplandece!


Levántate y resplandece!
«Para esto Dios los llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo» (2 Tesalonicenses 2:14)
El mandato claro de la Palabra de Dios para quienes vivan los últimos tiempos es que sean intrépidos al enfrentar las tinieblas. Hablando a través del profeta Isaías, el Espíritu del Señor ordena a los suyos:
            « ¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!
¡La Gloria del Señor brilla sobre ti!
Mira, las tinieblas cubren la tierra,
y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos.
Pero la aurora del Señor brillará sobre ti;
¡Sobre ti se manifestará su gloria!
Las naciones serán guiadas por tu luz,
y los reyes, por tu amanecer esplendoroso»
-Isaías 60:1-3-


Por cuanto la segunda parte de Isaías 60 contiene referencias al milenio, adicionalmente algunos ubicaron el cumplimiento de todo este capítulo en tiempos futuros. Pero déjeme preguntarle algo: ¿cubrirán las tinieblas la tierra durante el milenio? Durante el glorioso reinado de Cristo cuando la muerte, el pecado y la aflicción desaparezcan, ¿se cernirá densa oscuridad sobre los pueblos? La verdad es que, aunque la profecía de Isaías ciertamente concluirá en el milenio, comienza durante las últimas horas de esta era.

Claramente, estos tres primeros versículos de Isaías 60 son un claro mandato de Dios para antes del arrebatamiento y antes del milenio. El Señor nos llama no solamente a soportar las tinieblas sino a levantarnos en su gloria manifiesta. La gente puede discutir sobre el momento del arrebatamiento, pero lo que estoy aquí presentando no molesta a ninguna escatología popular. Estoy diciendo que entre el ahora y cualquier escenario que usted crea habrá un tiempo de Gloria en aumento para los verdaderos seguidores de Cristo.

Algunos de nosotros nos sentimos derrotados, otros, cansados y debilitados por la creciente oscuridad en el mundo. Y es precisamente en esta situación en la cual la depresión podría atrapar nuestras almas que se nos manda levantarnos. Arrojar de nosotros la opresión no es precisamente un acto de fe; es un acto de obediencia. Es tiempo de cancelar los planes de ser infelices. ¡Mediante la sangre de Cristo rompemos el pacto con la muerte y las tinieblas y obedecemos la voz de nuestro destino!

Alguien podría argumentar: es que usted no conoce mis dificultades. Escuche cómo traduce el mandato de Dios otra versión de Las Escrituras: « ¡Levántese [de la depresión y la postración en que lo han mantenido las circunstancias, y elévese a una nueva vida]!» (AMP). En este preciso momento, mientras lee estas páginas, nueva vida de la presencia de Dios desciende a su espíritu. ¡Recíbala! ¡Acéptela! ¡Obedézcala!

Como puede ver, el plan de Dios es que, aquí en la tierra, en nosotros, sea revelada la gloria del Señor. La luminosa y radiante luz de su presencia, la que brilló en el rostro de Moisés, la que inundó el templo de Salomón durante su dedicación, la que irradió de la persona de Jesús y envolvió a los discípulos en el monte donde se transfiguró el Señor, esa luz de la presencia de Dios brotará de nuestro interior al final de la era. Esta misma gloria divina aparecerá sobre nosotros en los años previos a la segunda venida del Señor en niveles siempre progresivos de brillantez.

En realidad, esta gran obra de gracia ya comenzó. Somos parte de la expansiva reparación que el Espíritu Santo efectúa. Dios reúne a su pueblo. Aprendemos a humillarnos en arrepentimiento y oración, y descubrimos la amistad y la unidad con otros cristianos. No hay duda que nuestra reconciliación y la superación de las barreras étnicas y denominaciones conllevan una inconmensurable recompensa. A medida que «se levanten todos los valles, y se allanen todos los montes y colinas… se revelará la gloria del Señor, y la verá toda la humanidad» (Isaías 40:4-5).

¡Dios nos está calificando para recibir Su esplendor! ¡Las naciones serán guiadas por su luz, y los reyes, por su amanecer esplendoroso!

sábado, 17 de febrero de 2018

CAMINO DE UN HOMBRE QUE NO TIENE A DIOS

CAMINO DE UN HOMBRE QUE NO TIENE A DIOS
TEXTO BÍBLICO:
Proverbios 14:12 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

12 Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.

Proverbios 14:12 Nueva Versión Internacional (NVI)

12 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.

Proverbios 14:12 Traducción en lenguaje actual (TLA)

12 Hay cosas que hacemos que nos parecen correctas, pero que al fin de cuentas nos llevan a la tumba.

INTRODUCCIÓN:
Se define camino como una Serie de acciones o decisiones que alguien realiza en corto, mediano o a lo largo del tiempo.

“Hay cosas que el hombre hace que le parecen, correctas”, y es de esto que en realidad quiero hablarles, muchas personas han tomado decisiones que a la final han traído resultados trágicos en sus vidas por la razón de desobedecer a Dios, ellos consideran su camino derecho.

Consideraremos algunas acciones que desfavorecen al hombre que camina sin Dios.

Caminar sin DIOS, trae consecuencias catastróficas en la vida de aquel que a decidido darle la espalda. Y que ahora camina en el loco camino que lo conduce cada día más al deterioro y al final a la muerte.

I. Consecuencias del hombre que ha decidido su propio camino.
La palabra cosas mencionadas en Proverbios 4.12 “Hay cosas que hacemos” se define como: Disponer, llevar a cabo Transformar, convertir:

A. El hombre que ha elegido su propio camino se a dispuesto a hacer cosas que desagradan a Dios.
Les presento Bíblicamente una lista de las cosas que aborrece DIOS del hombre

Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: (Pro. 6:16)
1) Los ojos altivos.
2) La lengua mentirosa.
2) Las manos derramadoras de sangre inocente.
3) El corazón que maquina pensamientos inicuos, (Pro. 6:17-18a)
La quinta cosa es mencionada en la parte segunda del versículo 18, donde dice:

5) Los pies presurosos para correr al mal, (Pro. 6:18b)
Luego la sexta y la séptima, las encontramos en el versículo 19:
6) El testigo falso que habla mentiras.
7) Y el que siembra discordia entre hermanos. (Pro. 6:19)
Esto es mencionar solo algunas, por eso sería interesante que el hombre se vuelva a DIOS.

B. Dios advierte al hombre sobre la idolatría.
Una de las cosas que el hombre, no ha querido considerar y que lo llevan por el camino loco es la adoración que hacen a otros dioses.

A continuación les presento algunos textos bíblicos de la biblia Reina Valera 1960.

Éxodo 20:4,5
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5a. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.

C. El hombre a través del pasar del tiempo cada día se desenfrena más en el pecado.
Y evidentemente Dios hace culpable al hombre, por su pecado dice la palabra del Señor:

En Rom. 1:21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Ellos actuaron bajo sus criterios personales y en vez de buscar a Dios le dieron la espalda envanecida 1:22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, se hicieron sabios en su propia opinión, y así se desviaron de la verdad y tomaron otro camino el cual los llevo a hacer cosas perversas. 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

El hombre no quiere buscar a Dios porque a hecho su propia elección, no quiere reconocer que su camino es de muerte y de perdición eterna.

Hay camino que al hombre le parece derecho
En la actualidad ¿qué camino estas siguiendo?

– El de mentira y la soberbia
– El del engaño y la mentira
– El de las manos que se apresuran a derramar sangre
– El de maquinar pensamientos inicuos
– El de los pies que se apresuran para hacer el mal
– El de las mentiras y calumnias
– El de la discordia
CONCLUSIÓN
Tú que has tomado el camino de la perdición debes saber que tienes que hacer un cambio en tu vida, ese loco camino que has tomado te sumerge cada día al abismo y a las tinieblas la Biblia dice en Juan 14:6Reina-Valera 1960 (RVR1960) 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Tienes que retractarte dice que a lo vil y menospreciado del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios vuélvete de ese camino ancho que lleva a la perdición y entra por el camino
 

viernes, 16 de febrero de 2018

¿Por qué necesitamos orar?


¿Por qué necesitamos orar?

¿Acaso no puede Dios arreglar el mundo sin que una persona interceda con insistencia y persistencia?

Dicho de otra forma, una de las preguntas que a menudo me hacen es: “Ya que Dios tiene todo el poder y la autoridad, ¿por qué necesitamos orar? ¿Acaso no conoce Él lo que necesitamos antes de que se lo pidamos?” Después de todo, Mateo 6:8 dice: “Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”.

Puede que aquellos de nosotros a quienes nos han enseñado la importancia de la oración a lo largo de nuestra vida, cuestionemos el atrevimiento de una persona que haga tal pregunta. ¿Por qué orar? ¿Por qué simplemente no dejamos nuestras vidas en las manos de un Creador sabio que todo lo sabe y no interferimos en lo absoluto?

De hecho, la oración es a veces un hermoso e incomprensible intercambio. Si nunca antes ha escuchado acerca de la oración, ¿qué pensaría si alguien le dijera que la oración es caminar y hablar con alguien a quien no puede ver y esperar que esa persona lo escuche y se interese en el asunto? ¿Un poco raro, cierto? Pero Dios no solo nos escucha y se interesa en nosotros, ¡Él nos responderá!

Este intercambio divino al que llamamos oración es maravilloso y la mayoría de las personas que se enrolan en la oración creen que Dios ciertamente las está escuchando. A primera vista parece misterioso, sin embargo, para aquellos que tienen fe es tan natural como respirar y, a la vez, supremamente sobrenatural.

¿Alguna vez ha sentido cuando ha orado como si no hubiera nadie escuchando al otro lado? Tal vez incluso llegó a la conclusión de que si hay un Dios que lo está escuchando, por alguna razón desconocida, Él no está interesado en darle una respuesta. Si ese es el caso, ¿por qué continuar orando?


Por supuesto, no somos Dios, ¡ni nadie que esté mentalmente sano quiere su trabajo! Dios ha ordenado que su mundo funcione a través de la oración de fe y nos ha escogido a nosotros para que compartamos con Él en una interacción divina llamada oración.

Como sus hijos, somos sus mayordomos en la tierra, escogidos por su divinidad. Orar, caminar y hablar con nuestro Padre, es esencial en la vida cristiana porque nos recuerda la razón principal por la cual Dios nos creó. Él desea que regresemos a aquello para lo cual nos creó, que recorramos el camino de vuelta al jardín.

Me encantan los jardines y el Edén tuvo que haber sido un lugar espectacular. El Edén fue el primer comando en la tierra. Era desde aquel lugar de belleza y relaciones que Adán y Eva debían cumplir su misión de “fructificarse y multiplicarse; llenar la tierra y sojuzgarla; señorear en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. (Génesis 1:28).

El comentario de este pasaje en la Biblia “Dios creó al hombre para que fuera el agente de su reino, para que liderara y sometiera al resto de la creación, incluyendo las agresivas fuerzas satánicas, que muy pronto se dejarían sentir”.

Esto me conduce a este punto crítico: Sin caminar y hablar con Dios en oración, nunca llenaremos nuestro diseño original y la tierra no podrá tener orden ni fruto.

Dios puso a Adán y a Eva en el Edén, un lugar de magnífico esplendor, los deleitó con mascotas y animales, desde aves hasta boas constrictoras y babuinos, y les permitió caminar y hablar con Él. ¡Eso suena bien! Sin embargo, ellos pecaron y perdieron la relación personal, cara a cara, con su Hacedor. No obstante, Dios nunca abolió su mandato original que expresaba que nosotros seríamos los administradores de su tierra.

La oración cambia el caos en orden, produce paz en medio de la confusión y la destrucción y trae alegría en medio del dolor. Toma aquello con lo que Satanás pretendía dañarnos y lo convierte en algo bueno.

La oración, y la relación que surge entre nosotros y Dios por medio de ella, es la esencia de quiénes somos como creyentes. Nuestra vida sin Dios no tiene significado, poder ni propósito. Ni tampoco la vida de las personas de las naciones de la tierra.

Como creyente, ¿puede concebir uno o más días de su vida sin una conversación con Dios? Ni siquiera un “Dios, ¿por qué me pasó esto?” o “¡Oh Dios, sálvame!” cuando alguien se le atraviesa en el tráfico.

La oración para el cristiano es tan natural como respirar. ¡Es una relación extraordinaria! Oramos (o hablamos con Dios) porque es parte del ADN que sella nuestra constitución genética. Bastante sencillo, fuimos creados para hablar con Dios.

jueves, 15 de febrero de 2018

¿Por qué tanta insistencia con el gozo?


¿Por qué tanta insistencia con el gozo?
El gozo cristiano es el deleite producido por el Espíritu que experimentan todos los que han sido redimidos. Es el estado de satisfacción que proviene de poseer a Dios como nuestro más elevado tesoro.

El llamado al gozo es abrumador en las Sagradas Escrituras. El pueblo de Dios es constantemente y de diversas maneras exhortado a regocijarse. En realidad, el gozo cristiano, lejos de ser una opción, es un deber para todo creyente: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo! Regocijaos!” decía el apóstol (Filipenses 4:3).

En el Antiguo Testamento los profetas y los salmistas hablaron y exhortaron al pueblo a la alegría y es llamativo notar que casi todos los autores de las epístolas hablaron del gozo cristiano. Pablo, Pedro, Juan y Santiago escribieron del tema de distintas maneras.

Incluso nuestro Señor lo enfatizó durante su ministerio terrenal: En la persecución, “Regocijaos y alegraos” (Mateo 5:12); Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros”. (Juan 15:11); nadie os quitará vuestro gozo. (Juan 16:22); regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. (Lucas 10:20) y “entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25:23). Más aún, Lucas nos dice en su evangelio que el mismo Jesús se regocijó (Lucas 10:21).

Una cosa es cierta: el gozo ocupa un lugar central para Dios y para su pueblo. Por eso es un llamado recurrente en la Biblia.

Pero ¿por qué? ¿Por qué tanta insistencia con el gozo? ¿Qué hace que el gozo sea tan importante? Creo que por lo menos podemos proponer tres razones del por qué las Escrituras hablan del gozo cristiano con tanta insistencia.



Porque el gozo es la experiencia que mejor se corresponde a la realidad de nuestra salvación y de nuestra comunión con Dios.
El deleite y la alegría son las emociones más congruentes con la realidad de haber sido salvados. El rey David testificaba de su liberación diciendo “has cambiado mi lamento en baile” (Salmos 30:11), el profeta Isaías describía la redención como “un manto de alegría en lugar del espíritu angustiado” (Isaías 61:3). El mismo ángel que anunció a los pastores el nacimiento del Salvador dijo: os traigo buenas nuevas de gran gozo (Lucas 2:10).

Asimismo, el gozo es la realidad que produce la comunión con Dios. Osea, la presencia de Dios es fuente de alegría y deleite. No podemos decir que tenemos comunión con Dios y vivir en una permanente amargura o en una inconsolable tristeza. La monotonía y el aburrimiento no son realidades que describen la toda suficiente presencia de Dios. Por eso el salmista decía “en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre” (Salmos 16:11). Nuestra comunión con Dios en el cielo es descrita por Jesús como entrar al “gozo de tu Señor” (Mateo 25), porque él es y será nuestra única y verdadera satisfacción.

En síntesis, el gozo cristiano es la emoción que describe mejor y le hace justicia a la realidad de haber sido salvados por Cristo y de conocerle.

Porque un cristiano gozoso es la mejor “propaganda” al mensaje del evangelio.
Cuando un creyente está satisfecho en Dios, le está testificando al mundo de Su suficiencia para nosotros. El gozo de un cristiano es un poderoso testimonio a la satisfacción y la plenitud que sólo Cristo puede producir.  Martin Lloyd Jones decía “los cristianos infelices son, para decir lo menos, una pobre recomendación de la fe cristiana” (Depresión espiritual, prefacio MLLJ).

Cuando estamos frente al mundo, y tenemos contentamiento a pesar de la escasez, estamos demostrando que Cristo es nuestro mayor tesoro y que poseerlo es la razón de nuestro gozo. Al regocijarnos en la aflicción estamos presentando una evidencia contundente del valor de Cristo. El genuino gozo cristiano, hace más creíble al mensaje del evangelio. O por lo menos, no le pone tropiezos.

La falta de gozo, que muchas veces se expresa en una falta de entusiasmo, en quejas, insatisfacción, en una frecuente tristeza y una constante amargura, pueden ser de tropiezo para el mensaje del evangelio que precisamente ofrece el gozo de la salvación. ¡Que Dios nos guarde de semejante contradicción!

Porque la falta de gozo puede llevarnos más fácilmente a la decadencia espiritual.
Es decir, la falta de gozo es el trayecto más corto para el pecado. Cuando no nos deleitamos en Cristo, entramos en el peligroso terreno de la búsqueda de un gozo mundano. El escritor de Hebreos hablaba de “gozar de los placeres temporales del pecado” (Hebreos 11:25). El pecado ofrece un gozo, pero es un gozo temporal, engañoso y al final destructivo.

El corazón que no está satisfecho en Dios buscará esa satisfacción en el pecado. Ese es el gran peligro de un cristianismo sin gozo, sin deleite ni satisfacción. La monotonía y la falta de deleite en el caminar cristiano pueden convertirse en la antesala de un pecado y en el comienzo de una vida que no glorifica a Dios.

Es por esta razón, que no debemos tomar la falta de gozo como algo ligero. Debemos ser cuidadosos y sagaces en velar por nuestros corazones.

La constante frustración aun por las cosas más pequeñas, la murmuración, las frecuentes quejas, la falta de contentamiento, son claros indicadores de la falta de gozo cristiano. Cuando se pierde el entusiasmo por congregarse, por leer las escrituras, por el compañerismo con los hermanos y cuando la comunión con Dios ni el servicio ya no nos motivan, entonces debemos alarmarnos. Esos son los peligrosos síntomas de la ausencia de gozo. No podemos tomar esas cosas con ligereza. Debemos despertar.

Cuidemos el corazón. Cuidemos el gozo. Tenemos en Cristo la provisión completa para las más profundas necesidades de nuestro ser. En él tenemos perdón de pecados, la nueva vida, comunión con Dios, el poder para una vida digna y la esperanza de la vida eterna. Tenemos todo lo que necesitamos para estar gozosos.

Tenemos a Cristo. ¡Ánimo!

miércoles, 14 de febrero de 2018

Cinco razones para orar en privado


Cinco razones para orar en privado
Orar en privado es una disciplina necesaria e indispensable para la vida y el crecimiento cristiano. Sin embargo, una disciplina que con frecuencia y ligereza se descuida en la iglesia. Quizá una escaza convicción de nuestra pecaminosidad y de la abundancia de Dios y una débil consciencia de los beneficios que produce la oración privada, son las mayores causas de tan grande descuido.

Un pastor congregacionalista inglés hablaba de “la vida secreta de oración”. Pero ¿por qué es importante orar en privado? ¿Por qué debemos apartarnos a solas para la oración? Aquí algunas razones.

1.  Debemos orar en privado porque Jesús lo mandó. La oración en familia, la oración congregacional, la oración constante que hacemos durante el día y la oración por los alimentos son todas formas importantes de oración, pero no debemos olvidar que la oración privada es un deber. Un mandato que nuestro Señor dejó a sus discípulos mientras enseñaba en el Sermón del Monte. Cuando denunciaba la hipocresía de los fariseos, les dijo “más tu cuando ores, entra en tu aposento y cerrada la puerta ora a tu Padre que está en secreto” (Mateo 6:6). Por lo tanto, descuidar la práctica de la oración privada es desobedecer a un claro mandato de Jesús a su iglesia.  El misionero americano del siglo XVIII David Brainer, en su diario se refirió a sus devociones personales como sus “deberes privados”. Brainer estaba en lo cierto. La oración privada es un deber. Y como cualquier otro mandamiento debemos cumplirlo.

2.  Debemos orar en privado porque nuestro Señor también lo hizo. Es decir, Jesús también practicaba la disciplina de la oración privada. El evangelista nos dice que “él se apartaba a lugares desiertos y oraba” (Lucas 5:16). Desde luego que sorprende, pues aun siendo Dios, Jesús también tomaba tiempo para apartarse y orar al Padre. A ese respecto podemos decir que Jesús oraba porque en su naturaleza humana, él también dependía de Dios y como Hijo, oraba porque disfrutaba de la comunión con Su Padre. Además se nos dice que “Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba” (Marcos 1:35). Incluso la noche que fue arrestado en el huerto de Getsemaní, se apartó de sus discípulos para orar a solas (Mateo 26:36-39; Marco 14:32-35). Si vamos a crecer en semejanza de Cristo, eso implica que debemos ser personas que oran como nuestro Señor. Ser como Jesús incluye depender de Dios y esta dependencia se refleja sobre todo por media la disciplina diaria de la oración privada. Una muestra de esto lo vemos en el apóstol Pedro. Lucas nos dice que mientras estaba en casa de Simón en la ciudad de Jope, “Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta”(Hechos 10:9).

3. Debemos orar en privado porque así minimizamos las distracciones.  Como resultado de esto, al orar en secreto aumentamos nuestra capacidad de enfocarnos en Dios. Orar en privado es la manera más eficaz para librarnos de ser distraídos y así estar más enfocados en el Señor. Por naturaleza, nuestras mentes son frágiles y propensas a la distracción. Cuando oramos, necesitamos apartarnos del bullicio (provocado por los quehaceres, las personas y los afanes de este mundo) para centrar nuestros pensamientos y corazones en Dios. Esto implica dejar de lado cualquier otra actividad y aislarnos a un lugar secreto, sola y exclusivamente para orar.  Marta y María ilustran este contraste. La primera, afanada y turbada con muchas cosas y la segunda escogiendo lo mejor, sentada y escuchando a los pies del Señor (Lucas 10:38-42). El profeta Elías mientras se refugió en la cueva no experimentó a Dios en el viento, ni en el terremoto ni en el fuego, sino en el “silbo apacible y delicado” de Su presencia (1 Reyes 19:12). Así Dios nos visita en la quietud de nuestras devociones privadas. Por eso, para evitar divagar en nuestras mentes, la oración privada nos será de provecho para cultivar una comunión más profunda con el Señor.

4. Debemos orar en privado porque en la privacidad es más fácil abrir nuestros corazones. Es decir, en el secreto es más factible poder expresar nuestras emociones y confesar nuestros pecados. En la oración privada y delante del Señor nos sentimos más en confianza para reconocer nuestras luchas y temores y además para pedir perdón por las acciones, pensamientos y actitudes pecaminosas. En privado es más propicio derramar nuestros corazones delante de Dios. Ana, la madre de Samuel le dijo al sacerdote Elí que mientras oraba, ella derramaba su “alma delante de Dios” (1 Samuel 1:12-15). Asimismo, el rey David exhortaba al pueblo diciendo “derramad vuestro corazón” delante de Dios (Salmo 62:8). Cabe recordar que en ambos casos, Ana y David hablan en un contexto de angustia, amargura y tribulación. Las devociones privadas nos permiten expresar las angustias, los temores y las luchas de nuestro corazón, mejor que cualquier otra disciplina cristiana. Sin embargo esto no descarta la necesidad e importancia de confesar los pecados delante de nuestros hermanos y líderes (Santiago 5:16). Pero quien ha confesado sus pecados ante Dios, no tendrá temor ni vergüenza de confesarlos ante los hombres.

5. Debemos orar en privado porque la oración privada nos ayuda a fortalecer la consciencia de que estamos todo el tiempo delante de Dios. El ejercicio de las devociones personales nos ayuda a cultivar un corazón que está más preocupado por glorificar a Dios antes que ser visto por los hombres. En el mismo Sermón del monte Jesús quiere advertir a sus discípulos en contra de la hipocresía de los fariseos que practican su religión para ser vistos y admirados.  “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres” les dijo (Mateo 6:1). Los ejercicios de piedad como las limosnas, la oración y el ayuno deben ser ofrecidos de corazón a Dios aunque nadie nos vea, porque al final nuestro Padre que ve en lo secreto nos recompensa en público (Mateo 6:6). Jesús quiere que su iglesia esté más enfocada en cultivar una devoción más privada, porque del aspecto público se encarga Dios. La oración que hacemos en secreto robustece nuestro sentido de la omnipresencia divina y esto a su vez producirá santidad e integridad. Jonathan Edwards decía: ¿Cómo es una vida que no ora coherente con una vida santa? Llevar una vida santa, es llevar una vida dedicada a Dios. Pero ¿cómo se conduce una vida semejante que no respeta el deber de la oración?¹

martes, 13 de febrero de 2018

¿Qué es la vida devocional?


¿Qué es la vida devocional?
Cuando miramos la vida aquellos que fueron usados por Dios y dejaron en alto el nombre del Evangelio, podemos encontrar una característica que los identifica. Hombres y mujeres desde los tiempos bíblicos y aun después, han tenido en común un aspecto que los ha destacado de los demás creyentes. Ellos, por encima de todo, han sido gente de oración.

Y cuando digo gente de oración, me estoy refiriendo a una devoción secreta, constante e intensa. Mejor dicho, fueron personas con una vida devocional muy profunda y activa. Quizás no fueron de la misma clase social, cultural y económica y aun vivieron en distintas épocas, pero a estas personas los unía el lazo de la estrecha comunión con Dios.

La vida devocional es la práctica diaria (o inter diaria) de apartar un tiempo a solas para dedicarnos a la oración y la lectura de las Escrituras. El creyente debe establecerlo hasta que se convierta en un hábito. Un sagrado hábito. Necesario y provechoso. No hay ninguna otra actividad en la vida del creyente que contribuya más a su crecimiento espiritual, como la lectura y la oración.

Debemos desarrollar una vida de oración, pues solo en ese contexto, podemos crecer en nuestra dependencia y conocimiento de Dios. Sea en las mañanas, por las tardes o en las noches, debemos apartar ese tiempo a solas con Dios.

La vida devocional es el respirar del cristiano, la leche del recién nacido, el alimento del fuerte y el agua para el pez. No hay vida en Dios, sin vida de oración, porque nuestra altura espiritual, la calculamos con la medida de la vida devocional.

lunes, 12 de febrero de 2018


El síndrome del éxito

Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros.

Filipenses 2:17

La sociedad norteamericana está produciendo una generación de cristianos que quieren sobre todo alcanzar el éxito. Casi nunca tienen una humilde actitud de servicio. No están dispuestos a hacer sacrificios por la causa de Cristo porque se les ha enseñado, de forma oral o de algún otro modo, que los cristianos deben ser ricos y famosos, que deben tener éxito y ser populares.

Tal orientación hacia el éxito personal y no hacia el servicio humilde es lo opuesto de lo que glorifica a Dios. Vivir para la gloria de Dios quiere decir que usted sabe que es mortal y está dispuesto a morir, si fuera necesario, para lograr los propósitos de Dios. Tal actitud humilde glorifica a Dios.

Para crecer espiritualmente, debemos estar absortos en el señorío de Cristo en el momento de la salvación y permitirle que domine nuestra vida de allí en adelante. Al hacerlo, debemos buscar solamente su gloria, no nuestra comodidad ni nuestro éxito. No creceremos cuando escojamos nuestro propio camino o sirvamos a Dios con el motivo incorrecto. Despojarse del peso muerto

Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

Hebreos 12:1

Cada vez que nos excusamos por nuestro pecado, estamos culpando a Dios. Adán lo hizo cuando Dios le preguntó acerca del comer el fruto prohibido. Él respondió: "La mujer que me diste por compañera medio del árbol, y yo comí" (Gn. 3:12). Adán no aceptó la responsabilidad de su pecado, sino que culpó a Dios, de que le había dado a Eva.

El pecado nunca es culpa de Dios, ni es la culpa de una persona o circunstancia que Dios trajo a nuestra vida. El excusar el pecado pone en tela de juicio a Dios por algo que solo es nuestra culpa. Si decide castigarnos es porque lo merecemos.

Por eso la confesión de pecado es indispensable para el crecimiento espiritual. Cuando acepte la realidad de su pecado y lo confiese, tiene menos peso muerto que lo arrastre hacia abajo en el proceso de crecimiento. Como lo indica el versículo de hoy, aumentará su crecimiento cuando se despoje del pecado del pecado mediante la confesión.

domingo, 11 de febrero de 2018


La Humildad.  En esas meditaciones tengo, por más de una razón, casi exclusivamente me vuelto a la humildad que nos cabe
Como criaturas. No es sólo porque la conexión entre la humildad y el pecado sea tan abundantemente destacada en
Toda enseñanza religiosa, pero porque creo que para la plenitud de la vida cristiana es indispensable que la
Prominencia sea dada a este otro aspecto. Si Jesús debe realmente ser ejemplo en Su humildad, necesitamos entender
Los principios en que eso es basado y en los cuáles encontramos el terreno común en lo cual andamos con Él, y por lo
Tanto, nuestra semejanza a Él debe ser alcanzada. Si debemos realmente ser humildes, no solamente delante de Dios,
Pero también delante de los hombres, si la humildad debe ser nuestra alegría, tenemos que ver que ella no es sólo la
Marca de la vergüenza causa del pecado, pero, independientemente de todo pecado, humildad es estar revestido con la
Propia belleza y bienaventuranza del cielo y de Jesús.