domingo, 23 de enero de 2022

Sacrificio aceptable y verdadero

 

Sacrificio aceptable y verdadero


“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Salmos 51:17

A menudo fallamos, le fallamos a Dios por cometer pecado, y estamos tan alejados de Él que pensamos y queremos agradarle con sacrificios y obras que muestren externamente que tenemos un corazón que obedece a Dios. Buscamos aparentar o engañar a los demás y finalmente no conseguimos más que autoengañarnos. Creemos que las obras buenas que hagamos compensarán nuestro pecado, lo cual es completamente falso, porque como dice la Palabra de Dios hoy, Él no quiere y no acepta otro sacrificio por el perdón de pecados, que no sea un espíritu quebrantado y un corazón arrepentido y humillado delante de Él. Aún como creyentes en Cristo, que sabemos que el Señor pagó por todos nuestros pecados, debemos arrepentirnos y confesarlos conforme dice 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

El Señor siempre estará dispuesto a escucharnos y en Cristo Jesús perdonarnos, pero nosotros también debemos ir siempre a su presencia, reconociendo nuestra necesidad de Él e incapacidad de poder hacer algo más que nuestra humillación en oración, para poder encontrar su perdón y la comunión con Dios, pues claramente dice la Palabra en Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Así que, si has fallado, si has pecado y de verdad estás arrepentido, no necesitas más que ir a tu cuarto, cerrar tu puerta y humillarte delante de Dios; tu Padre que te ve en secreto y conoce tu corazón te recompensará en público, te dará el perdón y la paz que tanto necesitas, y sin duda, tomará el control de tu situación para que se resuelva conforme a su buena, agradable y perfecta voluntad, la cual podrás encontrar y entender si tomas el hábito de escucharlo a Él, dice su Palabra “De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira”. (Salmos 119:104).   Oración.

«Señor, te doy gracias por tu Palabra, pero te pido me des la voluntad para decidir creer totalmente en ella y que así se borren de mis pensamientos y de mi corazón los dichos y las costumbres erróneas aprendidas de otros hombres; que tu Santo Espíritu, que, por gracia mora en mí, me guíe a toda verdad y me ayude a vivir de acuerdo con tu voluntad, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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