miércoles, 20 de febrero de 2013

Nuestro mecanismo de defensa


Nuestro mecanismo de defensa

Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.

Salmo 66:18

Según el versículo de hoy, ni siquiera se puede conversar con Dios, mucho menos crecer espiritualmente, si se albergan pecados en el corazón. Por eso es tan esencial la confesión.

Primero tiene que estar dispuesto a aceptar el castigo de Dios por su pecado. Si piensa que Él está obrando con rudeza, debe examinar su vida para ver si lo merece. Por la misma razón que los padres deben castigar la mala conducta de un hijo, Dios lo castiga a usted para que no repita sus errores.

Dios también ha puesto un sistema de sentido de culpa en usted para su propio bien. La vida espiritual sin sentido de culpa sería como la vida física sin dolor. El sentido de culpa es un mecanismo de defensa; es como una alarma que funciona para guiarlo a la confesión cuando usted peca. Es cuando usted tiene que confrontar su pecado y reconocer delante de Dios que es una afrenta para Él. Ese reconocimiento debe ser parte de su vida antes de que pueda crecer espiritualmente, ya que elimina el pecado que lo detiene a usted.     ¿Cree verdaderamente en Dios?

[Abraham] tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.

Romanos 4:20

Decir que se cree lo que Dios ha dicho es mucho más fácil que confiar en Él verdaderamente. Por ejemplo, muchos que afirman que "Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas" (Fil. 4:19) caen en la ansiedad cuando afrontan dificultades económicas.

También la Biblia dice que, si damos generosamente con los motivos correctos, Dios nos recompensará (Mt. 6:3-4). Muchos dicen que creen también en ese principio, pero les resulta difícil ponerlo en práctica. Muchos cristianos también temen a la muerte, aunque Dios ha dicho que nos dará la gracia que necesitamos para afrontarla y que nos llevará después al cielo.

Creer en Dios significa que reconocemos su gloria, que es la suma de todos sus atributos y la plenitud de toda su majestad. Si Él es quien dice que es, entonces se le debe creer. Usted crecerá espiritualmente cuando le diga a Dios: "Si tu Palabra lo dice, lo creeré; si tu Palabra lo promete, lo reclamaré; y si tu Palabra lo ordena, lo obedeceré".     Crecimiento por fe

Por fe andamos, no por vista.

2 Corintios 5:7

El versículo de hoy se refiere al andar en el sentido de ser más semejantes a Cristo. Eso tiene lugar cuando vivimos por fe. Sin embargo, cuando lo juzgamos todo por lo que vemos, tenemos un crecimiento difícil.

¿Recuerda a los doce espías de Israel enviados a Canaán (Nm. 13)? Diez regresaron y dijeron que se sintieron como saltamontes en una tierra de gigantes. Esos diez anduvieron por vista. Pero Josué y Caleb tuvieron fe, sabiendo que Dios estaba de su parte. Diez ni siquiera pensaron que Dios podía dirigir las circunstancias, pero dos sabían que Él es más grande que cualquier situación.

¿Vive usted por fe? Si quiere crecer espiritualmente, crea en la Palabra de Dios y confíe en Él en toda situación.       Llevar frutos

El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto.

Juan 15:5

Teníamos un melocotonero en el traspatio, y un año tuvo muchísimos melocotones. ¡Tuvimos suficientes como para alimentar a todo el vecindario! Otro año, no pudimos encontrar ni un melocotoncito. Algunos cristianos pueden ser así, mostrando poca evidencia de ser de Dios; pero Dios quiere que crezcamos y produzcamos mucho fruto para su gloria.

El fruto que usted lleva es la manifestación de su carácter, y la única forma de que las personas sepan que usted es un hijo de Dios. Él quiere presentarse al mundo por medio de lo que produce en usted, de modo que su carácter está en juego en el fruto de usted. Él quiere que usted produzca mucho más de lo que puede producir el mundo o la carne.