martes, 19 de noviembre de 2019

La Palabra de la reconciliación


La Palabra de la reconciliación

“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”, 2 Corintios 5:18-19
Dios nos dio la tarea de llevar la Palabra de la reconciliación con Él, anunciando, que está en Cristo, reconciliando al mundo consigo mismo, sin tomar más en cuenta el pecado de la gente. Es el encargo más sublime y sagrado que requiere el mayor compromiso de parte de todo creyente, es nuestra tarea y profesión esencial, ¡anunciar la reconciliación con Dios por medio de Cristo!
En otro tiempo estábamos lejos de Dios y éramos enemigos de Él en nuestros pensamientos y acciones, sólo obedecíamos a nuestros sentidos; pero habiendo escuchado la buena noticia y creyéndola, Dios nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte del cuerpo de Cristo en la cruz, y como resultado nos ha trasladado a su propia presencia, y ahora los creyentes somos santos, libres de culpa y podemos presentarnos delante de Él sin ninguna falta (Colosenses 1:21-22), sin pecado, no por nuestros méritos o esfuerzos religiosos, sino por lo que Dios hizo por medio de Cristo.
to es motivo de alegría, porque ha sido cambiado radicalmente el rumbo de nuestra vida temporal hacia una vida eterna. Si somos conscientes de lo que ha sucedido y sucederá en la vida de todo aquel que reciba verdaderamente el mensaje de reconciliación, deberíamos llenarnos de gozo y alabar a Dios, agradecerle por tan inmenso favor.
El ofendido no esperó a que el ofensor pidiera perdón, sino que envió a su hijo con un mensaje y un acto de reconciliación hecho en la cruz que hoy grita más fuerte que nunca: ¡Por favor reconciliémonos con Dios!  Oración.
Te alabo Señor por enviar a mi Reconciliador Jesucristo, por rescatarme de mi vana manera de vivir y darle propósito a mi vida. Cómo no estar agradecido contigo y darte toda la gloria, honra y alabanza. Amén. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.