miércoles, 13 de marzo de 2024

Orar unos por otros

 


Orar unos por otros

“orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;” Efesios 6:18

Como soldados del ejército de Dios y militantes de la guerra espiritual, son muchas las maneras que el enemigo busca para atacarnos, por eso la Palabra en Efesios 6:11-17 habla de la armadura que nos ha provisto Dios, la cual cubre desde nuestra cabeza hasta nuestros pies; se nos habla de ponernos el casco de la salvación, la coraza de justicia, el cinturón de la verdad, tomar el escudo de la fe, calzar nuestros pies con el evangelio de la paz y tener la Espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Sin embargo, si continuamos leyendo el pasaje, nos encontramos con otro elemento altamente poderoso, que no es representado de manera física, pero que es tan determinante en nuestra vida como en nuestras batallas, y este es, la oración.

En Efesios 6:18, se nos dice que nos mantengamos en oración, y no solamente por nosotros mismos, sino que dice que velemos, que estemos atentos, perseverantes y diligentes en la oración y súplica por nuestros hermanos. Y esto tiene su fundamento en que la Palabra de Dios nos enseña que como creyentes hacemos parte del mismo cuerpo, el cuerpo de Cristo, donde cada uno es un miembro con una función diferente, pero totalmente dependiente y complementaria de la función o actividad del otro. (1 Corintios 12:12,27, Efesios 4:16). De aquí la importancia de que nos preocupemos, y mejor aún, que nos ocupemos del bienestar espiritual de nuestro hermano y hermana en la fe.

Además, debemos también tener presente que una guerra no se gana peleando de manera individual, sino que ciertamente nos mantenemos protegidos y en victoria cuando batallamos unidos en el Espíritu. Por lo que, como nos invita el versículo de hoy, seamos diligentes y perseverantes en mantener primeramente nuestra comunión con el Espíritu Santo para que, en su poder, dirección y ayuda oremos constantemente unos por otros.   Oración.

«Papá Dios, gracias te doy por mis hermanos en Cristo, mi familia espiritual; Gracias porque unánimes juntos nos edificas, nos permites crecer en Cristo y ser perfeccionados para tu obra. Que por tu Santo Espíritu nos mantengas firmes, unidos y constantes en el amor y en nuestra vocación, por Jesucristo, Señor nuestro, amén.