jueves, 15 de marzo de 2018

RAHAB: LA RAMERA UN PASADO NEGRO PERO UN FINAL FELIZ


RAHAB: LA RAMERA UN PASADO NEGRO PERO UN FINAL FELIZ
“Más Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.”

(Josué 6:25)

¡Quién diría que aquella prostituta de Jericó tendría una fe tan profunda! Es que nuestra mente finita nunca alcanzará a entender la magnitud de los propósitos de Dios. La fe de Rahab fue tal, que logró salvar su propia vida y la de su familia. Pero antes de que eso sucediera tuvo que ejercer la fe y dar pasos con convicción.

Ella había escuchado hablar del Dios al cual le servían los israelitas. A sus oídos habían llegado los relatos e historias de los milagros, proezas y maravillas de Jehová.



Pienso que como cualquier ser humano tenía necesidad de Dios. Quizás soñaba y tenía la esperanza de que las cosas podrían cambiar y tener un futuro diferente. Rahab se aferró y tuvo fe en que aquel Dios del cual había escuchado hablar, podría tener misericordia de ella, salvarla de la muerte y darle un presente totalmente diferente al que había tenido.

Así que se arriesgó, expuso su vida, traicionó a su pueblo porque sabía que aquella tierra sería dada por Dios a Israel. Protegió a aquellos espías, pero de manera inteligente pidió a cambio la vida de ella y su familia. Los espías hicieron un pacto con ella y ella consiguió su salvación y la de su familia.

En Josué 6:25 el escritor redacta que Rahab vivió entre los israelitas. ¡Ella se unió al pueblo de Dios! Su fe en Dios le dio la salvación y una vida tan nueva y diferente que en Mateo 1:5 cuando se nos habla de la genealogía de Jesucristo aparece su nombre. Dice: “Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab (Rahab)”. En otras palabras, el detalle resaltante de la gracia de Dios es que Rahab, una extranjera que había sido prostituta en el pasado, tuvo una vida nueva. Ella era la tatarabuela de David, ella fue una de las predecesoras en la genealogía de Jesús, ¡el Salvador del mundo!



Aquella prostituta pudo tener una vida distinta gracias a su fe en Dios. Pudo casarse, tener hijos, nietos, familia propia, hogar y amigos. Su futuro brilló, su final fue feliz. Es que los que confían en Dios son como el monte de Sion que no se mueve sino que permanece para siempre.

Tal vez tú pienses que tú pasado te detiene y te impide alcanzar una vida nueva. Quizás te sientas avergonzado y piensas que en tu presente y futuro nada bueno puede pasar. Pero hoy Dios trae a tu vida una palabra de restauración y vida. Él como el gran Alfarero, puede hacer de tu vida una vasija nueva. Ya no llores ni te lamentes por el pasado, mejor concéntrate en el presente y vívelo de la mejor manera posible en Dios. Hoy es un día perfecto para que venga tu salvación y la salvación solo proviene de Dios.

Con Él a tu lado tu final será muy hermoso. Así que anímate porque hoy Dios hace cosas nuevas en tu vida, borra todo lo malo que has hecho, para que puedas escribir una página nueva, con una historia diferente, pero linda.
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