miércoles, 17 de agosto de 2022

Hombres ordinarios con vidas extraordinarias

 

Hombres ordinarios con vidas extraordinarias


“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.” Mateo 4:18-20 RVR1960

“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.” Hechos 4:13 RVR 1960

El Señor Jesucristo tenía en mente llevar a cabo el plan que su Padre le había encomendado, el cual consistía en la salvación de la humanidad por medio de su sacrificio en la cruz; pero, como sabía que esta salvación solo podía ser posible mediante la fe en Él y en su obra redentora, y que para ello sería necesario compartir el mensaje del evangelio, quiso pues contar con personas comunes y corrientes para que, por medio de ellos, su obra salvadora pudiera traspasar fronteras y épocas. Es por eso que, cuando caminaba junto al mar de Galilea, les hace un llamado particular a unos simples pescadores: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”. Hoy, el mismo Maestro de Galilea, sigue caminando junto a las orillas de este mundo agitado, buscando personas comunes y corrientes que, al igual que aquellos jóvenes hace más de dos mil años, sean capaces de seguirlo, para así ser convertidos en pescadores de hombres.

Si cada uno de nosotros, los creyentes, obedecemos el llamado de Jesús, podremos experimentar una transformación tal, que con el poder del Espíritu Santo también lograremos llevar a muchos a las redes del amor de Cristo, así como los primeros discípulos no dudaron en seguir a Cristo, y el resultado fue que, a pesar de tener vidas ordinarias, terminaron experimentando y viviendo vidas extraordinarias, a tal punto que las personas importantes y de poder de su época se maravillaban y reconocían que habían estado con Jesús.

Que hoy nuestro anhelo sea seguir a Jesús y convertirnos en pescadores de hombres; si lo hacemos, estemos seguros que llegaremos a vivir vidas extraordinarias a pesar de ser hombres ordinarios. Recordemos que ser pescadores de hombres se trata de continuar con el plan de salvación de Dios y al final las repercusiones serán de carácter eterno.  Oración.

«Señor Jesús, hoy quiero seguirte, hazme un pescador de hombres con tu amor y por el poder de tu Santo Espíritu; que cuando hable, lo haga de tal manera que las demás personas puedan llegar a conocerte y a rendir sus vidas a ti, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.