martes, 3 de agosto de 2021

Misericordia y gracia

 

Misericordia y gracia


“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;” Mateo 11:29

De Jesús debemos aprender la mansedumbre y humildad; “quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;” (1 Pedro 2:23). Pero nosotros, cuando nos ofenden nos cuesta mucho no responder o dar una respuesta blanda, y cuando ofendemos nos es muy difícil reconocer el error y pedir perdón.

Cuando estamos pasando por momentos de dificultades o disgustos con nuestro prójimo, no queremos que la gracia y la misericordia de Dios se aparten de nosotros, pero tampoco queremos hacer lo correcto o lo que a Dios le agrada; le pedimos al Señor que no nos pague conforme a nuestro pecado sino conforme a su bondad, y que su gracia sobreabunde en nosotros por nuestra fe en Cristo.

Pues bien, nuestro Dios que es rico en misericordia y gracia, hoy nos dice: “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6) y “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” (Proverbios 28:13). Dios no nos condena, pero tampoco nos acolita el pecado; Él, a pesar de nuestras faltas, escucha y responde nuestra oración, nos muestra el camino que debemos seguir, va delante de nosotros y nos da la fortaleza para hacer las cosas conforme a su voluntad. Nosotros debemos ser humildes y obedecer. Nuestro Padre siempre nos va a dar una nueva oportunidad para aceptar nuestro error, confesar nuestro pecado y sobre todo, tomar un camino diferente. Así su gracia y su misericordia nos seguirán todos los días de nuestra vida.   Oración.

«Padre Santo y misericordioso, gracias por amarnos tanto en Cristo Jesús, gracias por ese amor inmerecido; no llevas cuenta de nuestros pecados y no eres un Padre que nos espera airado; siempre estás ahí atento a nuestras oraciones, porque amas la verdad en lo íntimo. Te ruego me hagas cada día más como tu Hijo Jesús, que su carácter manso y humilde se reflejen en mí. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.