viernes, 10 de julio de 2015

Romanos.10.v3-8

Romanos.10.v3-8 En lugar de vivir mediante la fe en Dios, los judíos establecieron costumbres y tradiciones (añadiduras a la Ley de Dios) en su afán de ser aceptos ante El. Pero los esfuerzos humanos, por sinceros que sean, nunca podrán sustituir la justicia que Dios nos ofrece por la fe. La única forma de ganar la salvación es ser perfectos y esto es imposible. Solo podemos extender nuestras manos vacías y recibirla como regalo.

10.4 Cristo es "el fin de la ley" en dos sentidos. Cumplió el propósito y la meta de la Ley (Mat_5:17) ejemplificando a la perfección los deseos de Dios en la tierra. Pero también El es el fin de la Ley porque al compararla con Cristo, la Ley es impotente para salvarnos.

10.5 Para salvarse mediante la Ley, una persona debe tener una vida perfecta, sin siquiera pecar una vez. ¿Por qué Dios dio la Ley sabiendo que la gente no podría cumplirla? De acuerdo a Pablo, una de las razones por la que se dio la Ley a los hombres era mostrarles cuán culpables son (Gal_3:19). La Ley era una sombra de Cristo; o sea, el sistema sacrificial educó a la gente a fin de que al ofrecerse el verdadero sacrificio, la gente pudiera entenderlo (Heb_10:1-4). El sistema de leyes ceremoniales perduró hasta la venida de Cristo. La Ley señalaba a Cristo, y para eso se sacrificaban todos esos animales.

10.6-8 Pablo adapta el desafío de despedida de Moisés de Deu_30:11-14 para aplicarlo a Cristo. El Señor hizo posible nuestra salvación haciéndose hombre (viniendo a la tierra) y resucitando (levantándose de entre los muertos). La salvación de Dios está frente a nosotros. El vendrá a dondequiera que estemos. Lo único que hay que hacer es aceptar su regalo de salvación. Abismo aquí se refiere al sepulcro o Hades, lugar de los muertos.