domingo, 18 de junio de 2017

EL HOMBRE ESPIRITUAL:


EL HOMBRE ESPIRITUAL:

El hombre espiritual ha sido santificado por el poder del Espíritu Santo. Vive la santidad que Dios demanda en espíritu, alma y cuerpo. Sabe lo que le pertenece en Cristo. Progresa espiritualmente porque saca tiempo para leer y estudiar la Palabra de Dios hasta que ésta se convierte en parte de sí mismo. Mantiene una íntima relación con el Padre, llegando a conocerle profundamente a través de las enseñanzas y el Ministerio de Cristo. Conoce a Jesús como Salvador y Señor, pero le reconoce también como su Sumo Sacerdote e Intercesor. Está consciente de la autoridad que posee como creyente en el Señor Jesús, quien está sentado a la diestra del Padre.

El hombre santificado en su interior conoce al Espíritu Santo como Consolador, Consejero, Ayudador, Intercesor y Maestro. El Espíritu Santo le capacita para servir al Señor Jesús; en el Reino de Dios no se consigue nada sin su ayuda. Es el secreto del éxito del hombre espiritual en su vida y en su ministerio.

El hombre espiritual ha descubierto que su capacidad proviene de Dios (2 Corintios 3:5). Puede decir como Pablo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). A diferencia del hombre carnal, el hombre espiritual es gobernado por la Palabra de Dios y no por sus sentidos. Permite que la Palabra de Dios le controle, eliminando así el poder de Satán sobre él. Es un cristiano victorioso que se alimenta diariamente de la Palabra de Dios, sabiendo que, lo que es el pan para su cuerpo físico, es la Palabra de Dios para su espíritu.