lunes, 26 de septiembre de 2011

Una fuente inagotable


Una fuente inagotable

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido.
1 Pedro 1:22
Los cristianos tenemos la gran responsabilidad de amar a los demás, pero ¿cómo la cumpliremos? Comprendiendo nuestro recurso.
El amor está a nuestro alcance, y es nuestra culpa si no aprovechamos el recurso necesario. Tenemos que someternos al Espíritu y aprender a amar. Debemos purificar nuestro corazón confesando nuestro pecado y comprender la urgencia de atraer a otros a Cristo mediante nuestro amor. Tenemos que tomar una decisión consciente de amar a los demás, tener comunión con otros creyentes y pensar en los demás y no en nosotros mismos. Y debemos considerar el efecto de amar a otros. El amor que se da inevitablemente regresa.
Cuando Dios lo salvó a usted, Él lo hizo una nueva criatura con la capacidad de cumplir la deuda del amor. La fuente del amor es inagotable. Usted tiene el privilegio de representar a Dios en el mundo amando a los demás como Él los amó y recibir amor a cambio.