viernes, 15 de mayo de 2020


Creer en Dios, como dice la Escritura

“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Juan 7:38
En esta Palabra el Señor establece el principio fundamental de la verdadera fe, de esa fe que nos conduce a nuestro Padre celestial, y es que ella nace, crece y se fortalece solamente por la Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17)
La Palabra de Dios al decir: “El que cree en mí, como dice la Escritura,” establece para todo aquel que quiera creer verdaderamente en Dios, la imperiosa necesidad de conocer, escudriñar y entender las escrituras, por eso en su Palabra nos manda: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ella tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.” (Juan 5:39-40)
El Pueblo de Israel se apartó de Dios, su Palabra no obedeció y, anduvo en sus propios pensamientos y deseos; idolatrando dioses paganos y por ello el Señor dice en su Palabra a manera de lamento: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio, y porque olvidaste la ley de Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4:6)
Asevera el Señor que aquel que cree en Él, como dice la Escritura, “de su interior correrán ríos de agua viva” porque Dios le promete que Él derramará agua sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida (Isaías 44: 3a), refiriéndose a lo que hará en aquel que Dispone su corazón para con Dios.
Alleguémonos al Señor de todo nuestro corazón, oigamos y escudriñemos su Palabra fortaleciendo con ello nuestra fe, nuestra confianza y nuestra esperanza en Él y veremos cumplida su promesa que nos dice: “Y el Señor te guiará continuamente, saciará tu deseo en los lugares áridos y dará vigor a tus huesos; serás como huerto regado y como manantial cuyas aguas nunca faltan.” (Isaías 58:11).   Oración.
«Padre nuestro que estás en los cielos, te damos gracias porque a través de Cristo Jesús tú nos has revelado el camino, y la verdad, y la vida que nos llevan a ti Señor y ese camino, esa verdad y esa vida están contenidos en las sagradas escrituras que a manera de testamento nos dejaste, y que ahora es nuestra herencia incorruptible, porque el testador murió en la cruz del calvario dándole con ello validez al testamento y haciéndonos, a quienes en Él hemos creído, herederos efectivos de toda su riqueza celestial. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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