martes, 25 de enero de 2022

Perfeccionados en la fe

 


Perfeccionados en la fe

“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?” Santiago 2: 19-22

Si bien el requisito para nosotros alcanzar bendición es creer, tener fe; esta fe se debe perfeccionar por medio de nuestras obras, si nosotros verdaderamente hemos creído a Dios, nuestro actuar debe mostrar o perfeccionar dicha fe. Si nosotros no le creemos a una persona nunca haremos lo que ella nos aconseja, pero si en verdad le creemos, procederemos a actuar de acuerdo con lo que nos habla; por ejemplo: si alguien nos dice, invierte dinero en este negocio que es bueno, y nosotros no creemos en sus palabras, nunca invertiremos; pero si una persona en la cual confiamos nos dice, invierte dinero en este negocio que es bueno, ¿cómo se evidenciará que realmente le creemos? Sencillamente, invirtiendo el dinero; si así no lo hiciéramos es porque realmente no le creemos.

Así también pasa con Dios, el Señor conoce nuestro corazón y sabe realmente si hemos creído o no. Por nuestra fe viene toda bendición; pero si nosotros no obramos de acuerdo con lo creemos es porque realmente no creemos. Como nos enseña nuestra lectura bíblica de hoy, hasta los demonios creen en Dios, pero a los que realmente les es contada su fe como actuar correcto, es a los que se disponen a obrar de acuerdo con lo que han creído, pues en el caso de Abraham que se dispuso a obedecer a Dios, dice la Escritura que fue realmente su fe la que le fue contada por justicia (Santiago 2:23). Si no hay fe no hay obras, si hay fe pero no hay obras realmente no hay fe o no es perfeccionada la fe, y si hay fe y hay obras es porque la fe fue perfeccionada por las obras; así las cosas, la fe es el motor de las obras y el origen de la bendición o recompensa de Dios.

Ahora bien, veamos un ejemplo de lo que nos dice Dios y que hoy en día es muy controvertido por la sociedad. El Señor nos dice por medio de su Palabra “Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud” (Salmos 127:4). Si le creemos a Dios, ¿cuál debería ser nuestra obra?, ¿planificar durante toda la juventud? No, eso solo evidencia que realmente no le creemos a Dios, pero si nuestro obrar es disponer en Dios nuestros hijos permitiendo que sea Él en su tiempo quien nos los dé, entonces sería un acto de fe y se perfeccionaría nuestra fe. Así que, no olvidemos perfeccionar nuestra fe, porque Dios recompensará nuestro creer.  Oración.

«Padre bueno, gracias por enseñarme cada día la verdadera fe, esa fe que tiene evidencias, que se perfecciona a través de las obras; Señor, yo quiero que perfecciones mi fe, que me permitas en toda área de mi vida obrar de acuerdo con tu verdad; yo creo en ti, pero necesito mostrar por mis obras que realmente te creo, dame esa gracia por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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