Junto a ti
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz
y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis
3:20
¿Cuántas veces al día y a la semana, el Señor toca a nuestra
puerta y no le abrimos?
Son muchas las maneras en la que el Señor lo hace, pero por
nuestra falta de sensibilidad y nuestra carnalidad, no logramos percibir su voz
y atender a su llamado. Un servicio en tu congregación local, un devocional
llegando a tu celular, un dolor o enfermedad, una angustia o necesidad, una
bendición o alegría, un nuevo día. Todos estos son medios o motivos que el
Señor dispone en nuestra vida para que vayamos a Él; estos son los toques que
el Señor hace a la puerta de nuestro corazón para que escuchemos y abramos la
puerta.
Más que un servicio o invitación a tu iglesia, lo que el
Señor te está dando es una oportunidad para estar en un tiempo de intimidad con
Él; ahora bien, más que este devocional llegando a tu celular es una
herramienta que el Señor te está proveyendo para que profundices en su
conocimiento, aumentes tu fe y así lo puedas ver; más que un dolor o
enfermedad, lo que el Señor está poniendo delante de ti, es un medio para que
percibas y experimentes su gloria tocándote, restaurándote y sanándote; más que
una tribulación, angustia o necesidad, lo que a tu vida está llegando es un
motivo para que corras a los brazos de tu Padre Celestial y permitas que su Paz
que sobrepasa todo entendimiento guarde tu corazón y tu pensamiento; más que
una bendición o alegría, lo que Dios te está manifestando es su fidelidad, su
amor y su gracia, para que así con toda plenitud y seguridad le glorifiques en
medio de tu comunidad; finalmente, más que un nuevo día, lo que el Señor está haciendo
es renovando su misericordia para ti, diciendo al oído, hoy es una nueva
oportunidad para empezar y de mi mano caminar.
Que bello y misericordioso es nuestro Padre Dios, a Él toda
la gloria, la honra y la alabanza, porque siendo tan grande y majestuoso, se
fija en cada uno de nosotros, queriendo estar y permanecer, anhelando darnos
vida plena y eterna, pues recordemos su Palabra que dice “Me mostrarás la senda
de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para
siempre” Salmos 16:11. Así que, no te niegues al llamado de tu Dios, no te
pierdas la oportunidad de con Él estar. Oración.
«Señor, cuan grande honor me haces al llamarme junto a ti,
son muchas las maneras en la que lo haces; gracias por persistir conmigo y no
rendirte; gracias por amarme de tal manera que siempre estás y nunca te vas, te
bendigo y te doy gracias, oh Dios, amén.