martes, 14 de abril de 2020

Aún es tiempo propicio


Aún es tiempo propicio

«(Jesús) Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo». Hechos 1:9-11
Después de la Resurrección, Jesús permaneció con sus discípulos cuarenta días dándoles instrucciones y hablándoles acerca del Reino de Dios, para luego ascender al cielo frente a la mirada de sus discípulos. Estos, atónitos y con sus ojos puestos en el cielo, reciben la más alentadora promesa, que Jesús vendrá así como le habían visto subir al cielo. Pues Jesús mismo lo había dicho: «Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis». (Juan 14:3)
En el calendario de Dios, hay un día y una hora programada para llevar su iglesia con Él, pues viene por aquellos que conforman el Cuerpo de Cristo, que no se trata de ninguna denominación, sino de aquellos que han lavado sus pecados en la sangre del Cordero, reconociendo a Jesús como su único y suficiente Salvador.
Dice la biblia en Juan 1:11 «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron» Jesús entró a Jerusalén montado en un.   
Borriquito en medio de voces de júbilo, mientras tanto en la sinagoga, los ancianos y maestros de la ley predicaban que vendría el Mesías prometido en las Escrituras, sin entender que ese mesías ya caminaba por las calles de Jerusalén. Así estábamos nosotros, embebidos en nuestra rutina, afanados por la vida y sin darnos cuenta que había voces de júbilo a nuestro alrededor.
El profeta Isaías dijo: «Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar» (Isaías 55:6-7)
Hermano, Jesucristo toca a la puerta de tu vida, albérgalo en tu corazón y confía en Él, Él te perdona tus pecados y te da vida eterna. Este es el tiempo oportuno, este es el día propicio para arrepentirse y buscar su rostro, recuerda que Jesús dijo «Vengo pronto». (Apocalipsis 3: 11a) Oración.
«Amado Padre, mi corazón se doblega ante tu presencia, arrepentido de todo pecado y me maravillo de tu grandeza y de cuán perfecto eres. Espero el regreso de Cristo, viviendo en obediencia, santidad e integridad. Ven Señor Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.