sábado, 17 de diciembre de 2016

1 Juan 2:28-29

1 Juan 2:28-29
Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en Él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante Él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida. Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de Él.
Nuevamente nos animan a permanecer en Él pero ¿qué significa permanecer en Él? ¿Qué entiendes cuando lees estas palabras? ¿Qué debemos hacer para permanecer? La manera en la que yo entiendo permanecer significa obedecer. Significa poner a Dios como mi prioridad número uno. Significa poner su voluntad por encima de la mía. Significa morir a mí para que Él crezca. Permanecer en Él significa dejar atrás todo lo que estorba en nuestra comunión. Y ¿cómo se lleva a cabo en nuestro día a día? Te voy a dar algunos ejemplos. Dios está en contra del divorcio. Tu matrimonio puede estar por los suelos. Tu pareja simplemente no ayuda. Tú tampoco tienes muchas ganas de hacer algo al respecto. Pero si quieres permanecer en Cristo como lo dice la palabra, tu deber no es dejar que tu matrimonio se termine. Tu deber al permanecer en Él es pedir para que Él te llene de paz, de perdón y de amor para con tu pareja. ¡Leíste bien! Tu principal objetivo eres tú. Deja de estar pensando que la otra persona es la que debe hacer esto o aquello. Tú tienes que dar cuentas a Dios. Otro ejemplo. Tal vez tienes una adicción. Sabes que está mal. Sabes que está en contra de lo que Dios quiere. Permanecer significa alinear tu vida a la voluntad de Dios. Permanecer significa dejarte ser transformado por Dios. Entonces, pones tu vida a los pies del Señor y reconoces que tienes una adicción y que necesitas ser rescatado. No dejas que pase ni un día más. Acepta que hoy debes dejar atrás tu adicción. Otro ejemplo. Alguien te traicionó o te hizo daño. Cuando algo así sucede, siempre pensamos que tenemos derecho a odiar o a ignorar. Queremos eliminar a esa persona de nuestra vida. ¡Nos lastimaron y no nos vuelve a pasar! ¿Sabes? Cristo sufrió mucho más de lo que podemos imaginar. Lo sufrió porque te ama y me ama. Su amor no estaba limitado a que nosotros le amáramos de vuelta o hiciéramos algo por Él. Simplemente nos amó sabiendo que le fallaríamos. Siguiendo su ejemplo, permanecer en Él significa amar y perdonar incondicionalmente. Muere a ti. Muere a ese orgullo y ese coraje. Deja ese rencor atrás pues, si eres honesto, no te deja caminar y está afectando toda tu vida. No importa si te han lastimado una o cien veces. Cristo quiere que perdonemos y amemos siempre. Otro ejemplo. Cuando un ser querido muere. Éste es muy difícil. La manera en la que yo entiendo permanecer cuando algo así sucede, está descrita en 1 Corintios capítulo 1. Nos dice que nuestro Padre es Dios de toda consolación el cual nos consuela en todo momento. Pero no termina ahí. Nos consuela para que nosotros también podamos consolar a los que lo necesitan llevando ese consuelo de Dios a los demás. Dios es el único que puede abrazarte y consolarte como lo necesitas. Pero debes entender que no debes quedarte ahí. Si quieres permanecer, debes dejar que Dios te utilice y lleves ese consuelo a los demás que están también necesitados.
No puedo poner todos los ejemplos y por ello necesito que tú pienses en tu situación y trates de entender cómo permanecer en Él basado en Su palabra y Sus principios.

Oración