domingo, 12 de julio de 2015

Romanos. 11:v1-11

Romanos. 11:v1-11
11.1 En este capítulo Pablo destaca que no todos los judíos rechazaron el mensaje de salvación de Dios. Hay todavía un remanente fiel (11.5). Pablo mismo era judío, los discípulos y los primeros misioneros también lo eran.

11.2 Elías fue un gran profeta reformador que instó al norteño reino de Israel a arrepentirse. Si desea más información acerca de Elías, véase su perfil en 1 Reyes 18.

11.2 Dios escogió a los judíos ("su pueblo, al cual desde antes conoció") para que a través de ellos el resto del mundo hallara salvación. Sin embargo, esto no significaba que toda la nación judía sería salva, sino que quienes fueran fieles a Dios (el remanente) se considerarían verdaderos judíos (11.5). Somos salvos a través de la fe en Cristo, no por ser parte de una nación, religión o familia. ¿De qué depende su salvación?

11.6 ¿Piensa que se le hace más fácil a Dios amar a una persona cuando es buena? ¿Piensa allá en lo íntimo que Dios lo escogió porque usted se lo merecía? ¿Cree que la conducta de algunos es tan mala que Dios no puede salvarlos? Si piensa de esta manera no ha entendido bien que la salvación es gratuita. No puede ganarse, ni toda ni en parte; solo puede aceptarse con agradecimiento y alabanza.

11.7 "Los demás fueron endurecidos" porque así los castigó Dios por sus pecados. Fue una confirmación de que eran tercos. Al juzgarlos, Dios les quitó la facultad de ver, oír y arrepentirse; así experimentarían las consecuencias de su rebelión.

11.8-10 Estos versículos describen el castigo de los corazones endurecidos que el profeta Isaías predijo (Isa_6:9-13). Si la gente no quiere oír las buenas nuevas de Dios, al final no podrán entenderla. Pablo vio que esto sucedió en las sinagogas que visitó en sus viajes misioneros. (El versículo 8 se basa en Deu_29:4 e Isa_29:10. Los versículos 9 y 10 son del Salmos_69:22-23).

11.11 Pablo soñaba con una iglesia en la que judíos y gentiles se unieran en amor a Dios y en obediencia a Cristo. A la vez que respetaban la Ley de Dios, mirarían solo a Cristo para alcanzar salvación. La raza y el nivel social de la persona sería irrelevante (véase Gal_3:28), porque lo importante sería la fe que depositaran en Cristo.
El sueño de Pablo aún no se ha materializado. En su tiempo muchos judíos rechazaron las buenas nuevas. Tenían la mira en su herencia étnica para obtener la salvación y no eran obedientes de corazón como los profetas del Antiguo Testamento y Pablo. Una vez que los gentiles predominaron en la mayoría de las iglesias cristianas, comenzaron a rechazar y a perseguir a los judíos. Es lamentable, pero esta práctica ha continuado a través de los siglos.
Los verdaderos cristianos no deben perseguir a nadie. Los cristianos y los judíos han hecho tanto daño a la causa de Dios a la que dicen servir que parece imposible que el sueño de Pablo se cumpla. Dios escogió a los judíos de la misma manera que a los cristianos, y sigue ocupado en la tarea de unir gentiles y judíos para formar un nuevo Israel, una nueva Jerusalén, gobernada por su Hijo (véase Efesios._2:11-22).