martes, 7 de junio de 2016

Romanos.2.v21-27

Romanos.2.v21-27 Estos versículos son una crítica mordaz a la hipocresía. Es mucho más fácil decir a otros cómo comportarse que vivir como es debido. Es más fácil decir las palabras buenas que permitirles que echen raíces en nosotros. ¿Aconseja a otros que hagan algo que usted no está dispuesto a hacer? Procure que sus palabras las avalen sus acciones.
2.24 Si usted dice formar parte del pueblo de Dios, su vida debe reflejar a Dios. Cuando le desobedece, deshonra su nombre y por ello la gente incluso puede hablar mal de Dios. ¿Qué piensa de Dios la gente al contemplar su vida? 2.25-29 La palabra circuncisión se refiere a la señal del pacto de Dios con su pueblo. Se requería que todos los varones judíos se sometieran a este rito (Gen_17:9-14). Para Pablo, ser judío (circuncidado) no significaba nada si la persona no obedecía las leyes de Dios. Por otro lado, los gentiles (incircuncisos) podían recibir el amor y la aprobación de Dios si guardaban sus mandamientos. Pablo pasa a explicarnos que el verdadero judío (uno que tiene el favor de Dios) no es la persona circuncidada (un judío "exteriormente"), sino aquel cuyo corazón es recto delante de Dios y le obedece (un judío "en lo interior").
2.28, 29 Ser judío significaba formar parte de la familia de Dios y heredar todas sus promesas. Sin embargo, Pablo aclara que la membresía en la familia de Dios se basa en cualidades internas, no externas. Todos los que tengan corazones rectos son judíos en verdad, o sea, miembros de la familia de Dios (véase también Gal_3:7). Así como la circuncisión no era suficiente para los judíos, tampoco lo es asistir a la iglesia, ser bautizado, confirmado o aceptado como miembro. Dios busca nuestra sincera entrega y obediencia. (Si desea más información acerca de la circuncisión del corazón, véanse también Deu_10:16; Jer_4:4.)