domingo, 21 de septiembre de 2014

Gálatas 5:11-12

Gálatas 5:11-12


Hermanos, si es verdad que yo todavía predico la circuncisión, ¿Por qué se me sigue persiguiendo?  Si esa fuera mi predicación, la cruz no ofendería tanto.  ¡Ojalá que esos instigadores acabaran por mutilarse del todo!


Se acercan celebraciones relacionadas con la muerte, fantasmas, espíritus, magia entre otros.  Muchas personas son verdaderamente fieles a sus tradiciones y cada año las siguen fervientemente.  Tal vez creciste en un hogar donde poner un altar de muertos era considerado divertido y al mismo tiempo un reconocimiento y remembranza de aquellos seres queridos que ya no están aquí.  ¿El problema?  Debemos basar nuestra vida en los principios de Dios y no en las tradiciones humanas.  Es verdaderamente importante cuestionar tus actos y ponerlos a la luz de la biblia y del ejemplo de Cristo.  Por esta razón, muchos judíos se enojaban con Jesús y perseguían a sus seguidores.  Incluso algunos creyentes tenían conflicto en entender que sus costumbres, ritos y tradiciones tenían que ser dejadas atrás.  La circuncisión no traía el perdón de pecados.  El tener figuras de personajes o santos no te dará una mejor comunión con el Señor ni traerá perdón a tu vida.  El confesar tus pecados con otra persona no traerá perdón a tu vida.  La biblia nos dice que solamente Jesús es el camino al Padre (Juan 14:6).  Puede ser que estés acostumbrado a mil y un cosas e incluso las considerabas como ciertas.  Es tiempo de cuestionar lo que haces.  ¿Tiene sentido?  ¿Está en la biblia?  Tal vez incluso debemos ir más atrás: ¿Crees en Dios y en Jesucristo?  ¿Crees que dejó su palabra en la biblia?  Pablo nos dice que predicar la salvación a través de Jesús y no de una serie de rituales estaba ofendiendo a muchos: si esa fuera mi predicación, la cruz no ofendería tanto.  Pero no debemos detenernos porque alguien se ofenderá.  Si bien, en amor debemos compartir a Cristo, no podemos frenar las buenas nuevas porque una persona pudiera sentirse ofendida.  Es tu deber compartir la reconciliación que Jesús trajo al mundo.  Es tu deber exponer la palabra de Dios y abrir los ojos a aquellos que siguen anclados a sus rituales y costumbres sin entender por qué hacen lo que hacen.  Medita un poco en tu vida y en estas palabras.  No soy yo quien está en contra de algún ritual o costumbre.  Es Dios quien nos pide que tengamos una vida congruente y le sirvamos en todo lo que hagamos.  ¿Cómo entonces vamos a adorarle y al mismo tiempo tener otras imágenes que adoramos?  ¿Cómo alabarle y al mismo tiempo rendir culto a algún muerto?  Así como en el tiempo de Pablo, no se podía recibir la libertad de Cristo y seguir pensando que uno debía ser circuncidado para la salvación, hoy en día no podemos hacer lo mismo con nuestros rituales y costumbres.  Por esta razón Pablo dice de manera figurada: mejor les sería mutilarse del todo.  Porque no tiene sentido pensar que un acto, un sacrificio, un rito o una costumbre traerán perdón y reconciliación con el Señor.  Ya sea nosotros que estamos vivos o aquellos que ya no están aquí, cada uno tiene una responsabilidad con el Señor y cada uno será llamado a cuentas conforme le fue otorgado.  Te animo a que pienses en tus costumbres y en tu vida espiritual.  Si crees en Dios, debes alinear tus acciones y pensamientos con los principios de Su palabra.  No caigas en el mismo error que aquellos que instigaban a los gálatas.  Deja que Cristo te hable y muestre su camino.

Oración
Padre: tú estás en los cielos, todo lo puedes, todo lo ves y sin embargo, te has fijado en mí y me has amado como nunca podré entenderlo.  ¡Gracias!  Gracias por mandar a Jesús y por permitirme reconciliarme contigo a través de Él.  Perdóname.  Límpiame.  Guía y transforma mi vida para que sea en servicio y obediencia a Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén.