sábado, 18 de noviembre de 2023

Si conocieras quién es el que te dice

 


Si conocieras quién es el que te dice

“Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” Juan 4:10

Qué revelación tan extraordinaria la que Jesús le manifiesta a esta mujer Samaritana: “si conocieras”, pues si conociéramos a Dios recurriríamos sin vacilar por su ayuda, su dirección, le seguiríamos a donde Él quisiera, incluso (sin pensarlo 2 veces), le serviríamos en cualquier cosa que nos pidiera.

En este meditar de este pasaje, el Señor me recordaba otros personajes que al conocer quién era el que les estaba hablando decidieron cumplir con lo que se les estaba encomendando. Abraham, por ejemplo, fue uno de ellos, y al escuchar la petición de Dios (sacrificar a su único hijo Isaac) decide obedecer; pero ¿por qué?, porque conocía quién era el que le hacía dicha petición, por eso le vemos manifestar: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío” (Génesis 22:8b). Por medio de su relación con el Señor, Abraham había conocido que Dios era Soberano para pedir lo que Él quisiera, pero en medio de su soberanía nunca se violaría su justicia, y sobre todo comprendía que Dios era Todopoderoso para proveer, ya fuera el cordero para el sacrificio o para resucitar a su hijo (hebreos 11:19).

Otro ejemplo que podemos mencionar es el de aquellos 4 discípulos de Jesús (Pedro, Andrés, Juan y Jacobo), quienes al tener su encuentro con el Señor y escucharle decir: “Venid en pos de mí”, que traducido es: “sígueme”, decidieron dejar todo atrás, aunque no entendían a profundidad el llamado al que se estaban enfrentando, ni mucho menos las circunstancias que llegarían a atravesar con esta responsabilidad; pero con tan solo haber sido testigos de la grandeza del Señor, sabían que aquel hombre llamado Jesús les llevaría a conocer el sentido y propósito de sus vidas: ser pescadores de hombres (Mateo 4:18-22, Lucas 5:1-11)

Ese mensaje de: “Si conocieras” no solo fue dado para aquellas personas, sino también para ti y para mí, pues cuán importante es conocerle, porque solo a través del conocimiento de Dios, que se da por medio de la intimidad con Él y su palabra (revelada por el Espíritu Santo), aprenderemos a seguirle donde Él nos llame y a obedecerle sin vacilar, pues su mayor anhelo es manifestarse a nosotros para enseñarnos y así poder ser partícipes de aquellas cosas grandes y ocultas que nosotros no conocemos (Jeremías 33:3).   Oración.

«Padre quiero conocerte más en intimidad, pues a medida que te conozco aprendo a depender más de ti y menos de mí. Gracias por tu palabra porque en ella está tu verdad revelada; pero también gracias por tu Espíritu Santo, pues Él es quien me recuerda todas las enseñanzas que provienen de ti, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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