jueves, 15 de febrero de 2024

La protección de las autoridades

 La protección de las autoridades


“Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;”, 1 Pedro 2:13-15
Toda autoridad es puesta por Dios. El Señor bendice, protege nuestra vida por medio de ellas, evitando que cometamos errores, y que tomemos malas decisiones, pero sobre todo Dios quiere evitar que nos volvamos seres egoístas, rebeldes y necios (2 Timoteo 3:2).
El someternos a toda autoridad forma el carácter de Cristo en nuestra vida, porque él mismo se sometió para darnos ejemplo, y “Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:8) y nos pasa esa obediencia a nosotros para que actuemos guiados, direccionados y protegidos.
Someternos a nuestras autoridades, no se trata de obedecer ciegamente o con temor, porque no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo, están dispuestas para nuestro bien para mantener el orden así como para castigar a aquellos que quieren poner en riesgo la seguridad y estabilidad de una sociedad. (Romanos 13:3-5)
Que bueno que nosotros los creyentes seamos ejemplo de obediencia, en nuestra familia y en nuestra sociedad, porque a la vez también en algún momento seremos autoridad de alguien y estaremos llamados a brindar un servicio en el nombre del Señor y también: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” (1 Pedro 2:15) Oración.
«Gracias Padre porque me enseñas a someterme a toda autoridad, teniendo como base que tu eres la autoridad superior de todas y estoy llamado a orar por ellas para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad, así mismo porque esto forma mi carácter de obediencia para estar preparado para ejercer la autoridad y dar ejemplo de servicio. En el nombre de Jesús, amén.