jueves, 14 de enero de 2021

¿Cuánto nos cuesta esperar?

 

¿Cuánto nos cuesta es


perar?

“Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto”. 1 Samuel 13:8-9

La experiencia del rey Saúl al no esperar el tiempo que el profeta le dijo que esperara le costó su trono. Samuel, que era el sacerdote, le había dicho que esperara una semana para reunirse con él y así juntos, ofrecer los sacrificios a Dios. Pero Saul al encontrarse asediado por los enemigos entró en desesperación al ver que su ejército se debilitaba y en su afán, no quiso esperar más y asumió el lugar de sacerdote, que no le correspondía y ofreció un sacrificio que no fue grato delante de Dios. Justamente después de terminar el holocausto llegó Samuel.

Cuando nos agobia la desesperación, podemos tomar decisiones apresuradas que nos pueden salir mal; pensemos, si Saul hubiera esperado un poco más, las cosas para él habrían sido diferentes. Por eso es una imprudencia tomar decisiones sin consultar la voluntad de Dios en los momentos de crisis. Es cuando debemos respirar profundo, hacer un alto e ir en oración a buscar el rostro de Dios. ¿Cuántas cosas cambiarían en nuestra vida si aprendiéramos a escuchar la voz de Dios?

¿Cuántas decisiones apresuradas nos han llevado al fracaso matrimonial, a la quiebra de nuestro negocio, a destruir nuestra familia, a meternos en un problema mayor tratando de buscar soluciones rápidas a nuestra situación? Nos olvidamos fácilmente que los tiempos son de Dios y que Él tiene el control de todo lo que sucede en nuestra vida y la única forma de permanecer firmes es confiar en Dios y en sus promesas. Recordemos lo que dice el Salmo 37:5 “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” Oración. Señor Jesús, cuántas veces he tomado malas decisiones por no esperar un poco y he perdido las bendiciones que querías darme. Perdóname por no doblegar mi corazón delante de ti y orar por cada situación de mi vida. Hoy me recuerdas que eres mi ayudador, que nada se sale de tu control y que una vez más debo depender de ti porque tu voluntad es buena, agradable y perfecta. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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