miércoles, 14 de abril de 2021

La clave para llevar fruto

 


La clave para llevar fruto, Parte 1

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5

Nada podemos hacer separados de Jesús, es la advertencia que el mismo Señor nos hace.

Existe una verdad muy importante para nuestras vidas y es de mucha humildad reconocerla, y es el hecho de que en nosotros y por nosotros no podemos ni tenemos la capacidad de agradar a Dios, de servirlo y obedecerlo; como dice la Palabra, éramos vasos vacíos, muertos en nuestros delitos y pecados e hijos de desobediencia, pero Dios en su buena voluntad y gran amor decidió rescatarnos aun cuando éramos pecadores; cuando no teníamos nada que ofrecerle sino nuestros pecados Él envió a su Hijo a morir por nosotros pecadores (Romanos 5:8).

Y ahora que hemos sido rescatados, salvados, justificados y limpiados de toda nuestra maldad gracias a esa obra de nuestro Señor en la cruz, podemos por la fe en Él presentarnos delante del Padre y decirle, aquí estoy Señor, tómame y úsame como tu instrumento, haz de mí conforme a tu voluntad; oración que el Señor responderá conforme a su propósito para cada uno de nosotros; pero, sucede que tenemos la tendencia a pensar que esa misión o propósito que el Señor tiene para nuestras vidas la podemos hacer independientes de Él, pensamos que ya ha sido suficiente nuestra comunión con Él y que es hora de soltarnos y recorrer el camino solos, que Dios ya nos preparó y que ahora es nuestro turno para cosechar ese buen fruto, y es entonces cuando fallamos. No pasará mucho tiempo cuando observemos y nos demos cuenta de que las cosas no están resultando como deberían; que quizá sigo cometiendo los mismos errores del pasado, que las personas que el Señor puso a mi alrededor no me escuchan o que continuamente estoy en discusiones con otros creyentes porque pienso tener la razón y que ellos son los que están equivocados; es decir, una serie de malos frutos por no permanecer en la vid.

Hermanos, cuán equivocados estamos al pensar que en nuestras fuerzas e independencia podemos agradar o servir a Dios, nuestro Señor es claro y directo cuando nos dice que separados de Él nada podemos hacer; así que, a fortalecer cada día más nuestra comunión con Dios.   Oración.

«Padre de la gloria, eres mi fuente de quien proceden todas las cosas. Vid verdadera, quiero ser ese pámpano que esté profundamente arraigado a ti, quiero que me limpies y así permanecer en ti para llevar mucho fruto que te glorifique, por eso te ruego no me permitas alejarme de tu Palabra de verdad que es la que me sostiene y me mantiene firme y limpio; gracias Dios, en el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.