lunes, 27 de mayo de 2024

Campo espiritual en Pedregales

 Campo espiritual en Pedregales


“Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.» Mateo 13:5-6
Vemos que la palabra de Dios no solo cayó en el camino, sino también entre pedregales, que representan a aquellos que escuchan la palabra y la reciben con gozo pero al no tener raíz, dura muy poco, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, tropiezan. En otras palabras, son aquellos que viven bajo la emoción y no bajo convicción. La emoción viene como resultado de una alteración del ánimo INTENSA Y PASAJERA que se produce por algo en especial, pero una vez este efecto pasa, la emoción se acaba, mientras que el vivir por convicción es vivir por fe, pues así se define: La certeza, convicción, confianza en Jesús.
Recordemos que Pedro fue uno de los que experimentó (en un tiempo) lo que es vivir por emoción (Marcos 14:29,31a) y Jesús sabía que personas como Pedro, o como los que están en pedregales, necesitan ser sacudidos por la realidad, pues no podemos vivir una vida siendo dominados por las emociones, sino que debemos aprender a vivir bajo convicciones (fe); por eso Jesús en Lucas 22:32 le declara: Pedro yo he rogado por ti, porque lo que no debe faltar en tu vida es fe, la necesitarás para pasar por la prueba, por la persecución, pues la que nos hace permanecer firmes en la palabra de Dios no son las emociones, sino las convicciones (fe). Pedro entendió la lección de manera dolorosa, negando a Jesús, negando que había recibido enseñanzas de nuestro Señor, y de la misma forma hemos actuado nosotros, recibimos la Palabra con emoción, gozo pero al no profundizar y permanecer en ella, vienen las pruebas y retrocedemos en nuestro caminar con Dios.
Lo maravilloso de esto es que Pedro terminó experimentando lo que significaba vivir por fe (1 Pedro 1:7) y esto mismo es lo que el Señor desea que experimentemos nosotros, así que ¡ánimo! continúa cultivando ese campo espiritual en fe. Oración.
«Padre, yo quiero que mi campo espiritual emita un olor delicioso, como fino perfume a tus pies, que refleje tu carácter, tu bondad y todo lo que has hecho en mí. Espíritu Santo de Dios, tú que eres mi Ayudador, llévame a reflejar a Jesús y llevar su fragancia a este mundo que tanto lo necesita, amén.