lunes, 29 de septiembre de 2014

Hechos 9:15-16

Hechos 9:15-16
El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.



La respuesta de Dios a los cuestionamientos de Ananías es: Ve. Pero Dios dentro de todo su poder y potestad, sigue siendo amoroso y le dedica tiempo a Ananías dándole una explicación del por qué debe ir. Si Dios siendo dios aparta un espacio para hablar personalmente con Ananías y aclarar sus miedos y dudas, ¿cuánto más debemos hacer nosotros por nuestro prójimo? Personalmente soy muy impaciente y no se me complica desesperarme. Me cuesta trabajo destinar de mi tiempo a los demás. En pocas palabras, soy egoísta. Al ver que Dios se toma la molestia de explicar el por qué de sus planes me hace darme cuenta lo mal que estoy al no amar a mi prójimo como a mí mismo y entregar de mi tiempo y esfuerzo. Piénsalo. Tal vez eres como yo…
Instrumento escogido me es éste. Si alguna vez te has sentido deprimido, sin mucha dirección y pensando que no vales mucho, quiero decirte que en Cristo tu vida tiene un propósito y está llena de sentido y valor. Aquellos que recibimos a Jesús, nos dice la biblia que somos adoptados dentro del pueblo de Dios, del linaje escogido. La gente busca sentido de pertenencia en una nacionalidad, en un grupo de amigos o en alguna actividad afín, pero esto llena parcialmente la necesidad. El ser hijos de Dios es lo que realmente nos permite sentirnos plenos e identificados. No pertenecemos más a este mundo sino a Aquél que nos rescató. Tu vida tiene un propósito. Instrumento escogido eres. ¿Estás dispuesto en ponerte a disposición de Dios?
Para llevar mi nombre en presencia de… Ir y hacer discípulos a todo el mundo nos dice Jesús. Esta es nuestra gran comisión. Este era el plan que Dios tenía sobre Saulo. Llevarlo ante reyes, judíos, gentiles y todo aquel que se le pusiera en frente para que diera testimonio de que Jesús es el Mesías. A veces nos atoramos con la ayuda física o mental. Tratamos de ayudar a los pobres, a las viudas, a los hambrientos, a los que sufren agresión, a los adictos y así los ejemplos abundan. Si bien, ayudarlos es una tarea ejemplar, nuestro propósito y motivo principal debe ser el compartir a Cristo y reconciliar a las personas con Él. Somos embajadores, representantes de nuestro Señor. Nuestra responsabilidad es hablar de Él y representarlo en todo momento. Hay gran necesidad por escuchar el evangelio pero ¿cómo habrán de escucharlo si no lo compartes?
Es necesario padecer por mi nombre… Seguir a Cristo no es fácil. Significa dejar que Él gobierne cediendo el trono de tu vida. Significa ir en contra de lo que se promueve a tu alrededor persiguiendo el dar gloria a Jehová. Dios no nos promete un camino sencillo pero sí uno lleno, abundante y desbordante de bendiciones. ¿Estás dispuesto a padecer para recibirlas?

Oración
Señor: estoy dispuesto a padecer por tu nombre. Quiero ser hijo tuyo, quiero que gobiernes mi vida y reines siempre en mí. Perdóname por mis pecados y permite que pueda vivir amándote y amando a mi prójimo. Gracias por darle sentido a mi vida y un propósito. Gracias por darme dirección y esperanza. Gracias por mostrarme que mi camino no llevaba a nada bueno y por tomarte el tiempo para explicarme cómo cambiar y por dónde caminar. Gracias Señor, en el nombre de Cristo. Amén.