martes, 4 de enero de 2022

La voluntad de Dios

 

La voluntad de Dios


“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3:20-21

La voluntad de Dios es ese acontecimiento bueno, agradable y perfecto que todos esperamos que suceda en cada ámbito de nuestra vida.

Cuando nosotros planeamos alguna meta, lo hacemos con las mejores intenciones y con toda la alegría, queriendo que se lleve a cabo para nuestro beneficio; pero resulta que eso, que muchas veces nos ideamos, no es lo que nos conviene, pues dice el proverbio “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 14:12); suceso contrario a lo que acontece cuando nosotros pedimos que, por encima de nuestros deseos y pensamientos lógicos, se haga la voluntad de Dios, puesto que es Dios quien, en Cristo, nos ha creado de nuevo y ha preparado desde mucho antes todas las buenas obras en las que quiere que nosotros andemos (Efesios 2:10).

En un pasado sin Cristo y sin el derecho de ser llamados hijos de Dios, vivíamos según nuestros aparentes buenos pensamientos y según los consejos de nuestro prójimo, pero ahora, como miembros de la familia de Dios, el Señor quiere que nosotros cambiemos nuestra forma de pensar, que ya no lo hagamos como antes o como piensa el mundo, sino que renovemos nuestro entendimiento aprendiendo y aceptando su Palabra, su consejo y sus mandamientos para que así podamos descubrir cuál es su voluntad, es decir, aquello que es bueno, agradable y perfecto para nosotros (Romanos 12:2).

La invitación es entonces a que sobre todo pensamiento o deseo de nuestro corazón pidamos y anhelemos la voluntad de Dios, pues Él es poderoso para hacer todo más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, por su Espíritu que mora en nosotros; además, dice Dios “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:9). Nuestro Dios fiel y misericordioso tiene planes de bien y no de mal, con el fin de darnos el futuro que esperamos (Jeremías 29:11). Así que, en este día digamos con toda fe y convicción “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10).   Oración.

«Rey de los cielos, alabado y exaltado seas por tus innumerables y maravillosas obras; todas buenas, agradables y perfectas. Gracias Dios Padre por tu inefable obra en mí y por tan inigualable amor; te pido que por tu infinita misericordia continúes haciendo tu voluntad y ejecutando los planes y pensamientos que has preparado para mi bien y tu gloria, en Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.