jueves, 9 de julio de 2009

4. DEJA UN LEGADO



4. DEJA UN LEGADO
JOB 14:14 si el hombre muere, ¿volverá a vivir? todos los días de mi batallar esperaré hasta que llegue mi relevo.

Un soldado sabe que tiene que subir de rango, sabe que no para siempre se quedara de soldado raso sino que aspira a subir su rango, a adquirir experiencia y a convertirse en un estratega de guerra, porque conoce contra quien pelea y sabe como hacerlo. Un buen soldado también conoce la importancia de tener relevos, sucesores y por ello entrenan a otros. En la parte espiritual, comienza su tarea de discipular a otros para hacerlos maestros (mejores que él) y que lleguen al nivel que él ha alcanzado y los superen, como lo hizo Elías con Eliseo y Pablo con Timoteo.

5. UTILIZA ARMAS PODEROSAS
Efesios 6:13 por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. 14 estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz; 16 en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno. 17 tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu que es la palabra de Dios.

Si como soldados del ejército de Dios queremos tener una vida indestructible y siempre victoriosa, debemos estar siempre vestidos con la armadura de Dios. Cuando no se está en batalla, el uniforme y los zapatos están nítidos, los hombres bien rasurados, el pelo muy bien cortado y peinado, pero cuando se está en la guerra, los zapatos están empolvados, el uniforme sucio, revolcado, se despeinan, les crece la barba, se raspan, y son heridos. Y por esto muchos soldados desertan el ejército. En el aspecto espiritual esto representa a algunos cristianos que al primer “raspón” quieren desertar del ejército de Dios. Deben, sin embargo, entender que mientras estemos en la tierra se va a tener aflicciones y luchas, pero si estamos en Cristo y utilizamos las armas poderosas que Dios nos ha dado, vamos a tener vidas victoriosas. Utilicemos estas armas poderosas que son el cinto de la verdad, la coraza de justicia, las sandalias del evangelio, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del espíritu. Vistámonos con toda la armadura de Dios, para que tengamos toda la victoria, no solo una parte, porque la victoria será a medias. Y aquel que no quiera usar la Armadura de Dios: que descanse en paz. Somos soldados y estamos en guerra, y las batallas se pelean con inteligencia.

Utilicemos toda la Armadura de Dios:

VERDAD RVA 95 Salmos 51:6 Tú amas la verdad en lo íntimo…
Un buen soldado debe hablar con la verdad, ser ceñido, ser gobernado por la Verdad, y la verdad es Cristo. El hijo hace lo que ve hacer a su Padre y nosotros somos hijos de la Verdad. Hablemos verdad. Hay que hablar siempre con la verdad, porque la mentira es del diablo y todo aquel que la practica es hijo del diablo. El soldado que hable mentira no tendrá autoridad. Dios ama la verdad en lo íntimo.

JUSTICIA RVA 95 Salmos 45:7 Has amado la justicia…por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.
La coraza es un chaleco de metal que protege los órganos internos más delicados y el que no practica la justicia, cualquier toque en el corazón o en otro órgano, lo va a dañar. Un buen soldado de Dios va a hacer justicia porque ha visto la justicia que ha recibido de su Capitán, El Justo. Y cuando se ama la justicia, Dios unge con un óleo de alegría.

EVANGELIO DE LA PAZ RVA 95 Salmos 4:8 En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Nuevamente, como buenos soldados de Dios, vamos a calzar los pies, que representan nuestro caminar en la vida, con el Evangelio de la Paz. El evangelio que nosotros anunciamos es el del Dios de Paz que va a poner a Satanás bajo nuestros pies. El evangelio es “Buenas Nuevas” y nosotros debemos estar siempre listos para anunciar las Buenas Nuevas de Paz. Cuando un soldado camine por la vida en paz, podrá dormir y no tendrá temor de recibir malas nuevas porque en Jehová, estará su confianza, quien hasta con sus enemigos lo hará estar en paz.

ESCUDO DE LA FE RVA 95 Lucas 8:48 Él dijo: -Tu fe te ha salvado; RV95 Salmos 54:7 porque él me ha librado de toda angustia… RV95 Salmos 91:3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
Este escudo ayuda a apagar los dardos y las flechas que el diablo quiera tirar a nuestro corazón para hacernos dudar de la obra del Señor en nuestra vida. La fe nos va a mantener firmes en todo tiempo. Recordemos de todo lo que el Señor nos ha librado y nos continúa librando. Utilicemos el escudo de la Fe, como buenos soldados de Cristo.

YELMO DE SALVACIÓN RV95 Salmos 23:5…unges mi cabeza con aceite; RV95 Salmos 3:8 La salvación es de Jehová. Este yelmo o casco nos ayuda a proteger y a defender la cabeza, un órgano vital, de todo ataque del enemigo. Ya somos salvos de ir al infierno y ya obtuvimos la vida eterna por el sacrificio de Cristo, pero hay una esperanza de la Salvación del Señor (de las pruebas, de los ataques, etc.) y esa esperanza de la salvación defenderá el alma de todos los soplos del enemigo. Un soldado no lucharía bien sin una esperanza de la victoria. Un cristiano no podría contender contra sus enemigos, sin la esperanza de la salvación final, de ser llevados en el rapto; y sostenido por esto, ¿A qué le puede temer? Dios unge nuestra cabeza con aceite, nos habilita para realizar la obra que tenemos que hacer, como soldados valerosos de Cristo.

ESPADA DEL ESPÍRITU RV95 Salmos 119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra!
El buen soldado debe ser diestro con la espada y la espada es la palabra de Dios. Vemos en la Biblia a nuestro Capitán Cristo, que peleó contra Satanás con la espada, porque él es diestro con la palabra de Dios y le respondía al diablo:-escrito está- Revistámonos con toda la armadura de Dios todos los días. Lea diariamente la palabra de Dios y será diestro. El utilizar la espada de Dios va a mantener nuestra vida limpia y victoriosa.

En los Salmos encontramos que David conocía esta armadura de Dios y que siempre la utilizaba para pelear, por eso ninguna maldición funcionó contra él. David tenía una vida indestructible.