sábado, 26 de abril de 2014

Sigue vivo

Sigue vivo

Pero vivificado en espíritu.
1 Pedro 3:18

El versículo de hoy hace una mención específica del espíritu de la vida de Jesucristo; no se refiere al Espíritu Santo. El apóstol Pedro está comparando lo que le ocurrió a la carne (o cuerpo) de Jesús con lo que le ocurrió a su espíritu. Su espíritu estaba vivo pero su carne estaba muerta.

Algunos piensan que "vivificado en espíritu" se refiere a la resurrección física de Cristo, pero eso necesitaría una declaración com "Siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en la carne". La resurrección fue un hecho espiritual y físico. Así que lo que Pedro quiere decir es que, aunque Cristo estaba físicamente muerto, su espíritu seguía vivo.

En la cruz, el espíritu de Cristo experimentó una breve separación de Dios. Él dij "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mt. 27:46). Sin embargo, la separación terminó pronto, ya que poco después del lamento de nuestro Señor, Él dij "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23:46). De modo que ya su espíritu no estaba separado de Dios; le fue entregado al Padre.  Proclamación de la victoria

Fue y predicó a los espíritus encarcelados.
1 Pedro 3:19

Cristo fue a predicar un triunfante sermón antes de su resurrección el domingo por la mañana. El verbo "predicó" en el versículo de hoy se refiere a hacer una proclamación o anunciar un triunfo. En los tiempos antiguos, un heraldo iba delante de generales y reyes en la celebración de victorias militares, anunciando a todos las victorias que se ganaron en la batalla.

Eso fue a hacer Jesucristo; no a predicar el evangelio, sino a anunciar su triunfo sobre el pecado, la muerte, el infierno, los demonios y Satanás. No fue a ganar almas, sino a proclamar la victoria sobre el enemigo. A pesar del injusto sufrimiento al que lo sometieron, Él pudo anunciar la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte para usted y para mí.