domingo, 4 de febrero de 2024

Más que bendecidos. Parte 1

 Más que bendecidos. Parte 1

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”, Efesios 1:3
Pablo inicia la carta a los Efesios nada más y nada menos que con esta afirmación: “Bendecidos con toda bendición espiritual” ¿Qué significa esto? Significa que gracias a la obra de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo gozamos de completas e imperecederas bendiciones de Dios para nuestra vida ahora y por la eternidad, siempre y cuando creamos y recibamos a Cristo como nuestro salvador.
Las bendiciones de Dios Padre están resumidas en Efesios 1:3-6 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”
La obra de Dios Padre consistió en diseñar un plan de salvación para la humanidad, en ese plan nos bendijo con toda bendición espiritual primeramente escogiéndonos como a sus amados hijos, incluso antes de la creación del mundo. Esto significa que antes que nacieramos, antes que hubiéramos hecho lo bueno o lo malo, Dios nos amó y decidió salvarnos, permitiéndonos disfrutar de su amorosa paternidad por el resto de la eternidad, esto es lo que conocemos como predestinación (nos dio un destino, un futuro y una esperanza). Este plan que incluye bendición, elección, predestinación, amor, adopción y aceptación desde antes de que naciéramos solo es posible a través de la fe en nuestro Señor Jesucristo, y no es porque lo merezcamos ni mucho menos, sino por “puro afecto de su voluntad”, Dios Padre quiso y eligió amarnos aún sabiendo que no lo merecíamos. Todas estas bendiciones las hemos recibido para “alabanza de la gloria de su gracia”, para glorificarlo como Él se merece que lo hagamos.
Como Pablo podemos decir hoy ¡¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo!! Oración.
«Padre de la gloria gracias por las bendiciones totales y completas que me das sin merecer, gracias por mi Señor Jesucristo, por que solo es por medio de Él que tengo esta herencia inconmovible y disponible en la tierra y en la eternidad. Gracias por hacerme tu hijo y darme un futuro lleno de esperanza. Amén.