sábado, 23 de marzo de 2019

¿SOMOS BENDICIÓN PARA LOS DEMÁS?


¿SOMOS BENDICIÓN PARA LOS DEMÁS?
Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? Y él les respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra.", Jonás 1:7-9
Cuando somos obedientes a Dios, somos bendición para los demás, pero si seguimos nuestro propio camino sin tener en cuenta a Dios, las personas cercanas a nosotros sufren las consecuencias de no seguir la voluntad de Dios, como le pasó a Jonás, los del barco tuvieron que lanzarlo al mar para salvar su vida.
El caso contrario lo vemos en la Biblia como Dios bendecía a quienes rodeaban a José: “Y sucedió que desde que lo puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía, el SEÑOR bendijo la casa del egipcio por causa de José. Y la bendición del SEÑOR estaba sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. (Génesis 39:5 RVA-2015). También bendijo a todo Egipto, porque Dios estaba con José.
Esta obediencia es el resultado directo de saber quiénes somos cuando hemos creído en el Señor Jesucristo y cuál es nuestra misión. Cuando preguntan a Jonás, qué oficio tienes y de dónde vienes, se refieren a que él revele su propósito y su identidad real.
Así mismo, debemos tener claro quiénes somos y cuál es nuestro propósito, la Palabra de Dios nos enseña que somos ciudadanos del cielo, comprados con la preciosa sangre de Cristo, ministros de la reconciliación, hijos del Altísimo, con la misión de anunciar las maravillas de Dios que en su gran amor “nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación” y quiere que todos a quienes anunciamos este mensaje se reconcilien con Él (2 Corintios 5:20).
Pero si no estamos siendo quienes debemos ser y no estamos haciendo lo que debemos hacer, estamos dejando de bendecir a un mundo agobiado por el mal, vamos en el mismo barco azotado por las tormentas teniendo en nuestras manos, por medio del evangelio, el poder para cambiar el rumbo de la vida de muchas personas, iniciando por quienes nos rodean: vecinos, amigos, cónyuge, están esperando que tu como un Jonas obediente, seas luz para ellos, un faro en medio de la oscuridad.
Dios puede bendecir toda una nación a causa de un hombre que hace la voluntad de Dios, ¿eres alguien que obedece a Dios?  Oración.
Señor, quiero ser luz para todos los que me rodean, guíame a hacer tu voluntad, a obedecer te y a ser bendición para todas las personas con quien me relaciono. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.