HOY VOY A NEGARME A MÍ MISMO Y VOY A SEGUIRLE. Y decía
a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y
todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué
aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí
mismo?", Lucas 9:23-25
Todos estamos llamados a negarnos a nosotros mismos, no solo
era para los discípulos, sino para todo aquel que quiere seguirle. Por causa de
Jesús y de su Palabra hemos de dar toda nuestra vida, así tendrá verdadero
valor, es decir, sin Cristo no hay vida.
Pero cuando no somos capaces de proclamar a Jesús como
nuestro Señor y Salvador le estamos negando con nuestro silencio, cuando no
damos verdadero testimonio con nuestros actos, le estamos negando; es un
compromiso diario, constante y perseverante de vivir como Él vivió y de vivir
para Él. No es seguirlo por ratos, o de acuerdo a la época del año, es todos
los días, día por día vivir para los intereses de Cristo y no para mis propias
pasiones.
Aun la posesión más valiosa que pueda tener, la entrego en
sus manos, al fin de cuentas, por Él tengo todo y sin Él no tengo nada. ¿En qué
situación de la vida le hemos negado? ¿En qué aspecto no le seguimos o no
actuamos de acuerdo a su ejemplo? Oración.
"Señor, te entrego mi vida a ti, quiero hacer tu
voluntad y seguirte en cada paso. Por favor, que lo que haga el día de hoy sea
para tu gloria y para que seas conocido por medio de mi vida. Amén.
Es tiempo de levantarnos de la cómoda silla en la que estamos
y seguirle como si fuera lo último y más importante que debemos hacer en el día
de hoy. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.