miércoles, 17 de septiembre de 2014

Santiago 3:17-18

Santiago 3:17-18
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial, sincera. En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen paz.



¿Suena utópico? Sí. ¿Es posible? Sí, pero no es fácil. Para poder crecer esta sabiduría en tu vida, tendrás que aprender a negarte a ti mismo y poner a Dios primero. Te voy a explicar por qué. La primera característica de la sabiduría del cielo es pureza. Tú y yo no somos puros sino al contrario somos pecadores, por consecuencia, nuestra sabiduría debe ser ejercitada para hacer lo que no está acostumbrada a hacer. Llevar una vida pura necesita de conocimiento de la Palabra de Dios, pero sobre todo de tu entrega para cambiar y corregir tu camino. Después dice que la sabiduría es pacífica o promueve la paz. ¿Recuerdas que escribí que debes aprender a negarte a ti mismo? Pues aquí empieza la acción. Para que tu vida tenga paz y tu sabiduría promueva la paz, es necesario que reacciones diferente en momentos de “guerra”. Si comienzas una discusión, que se transforma en pleito, aunque tú no hayas tenido la culpa y además tengas la razón, la paz a la que te llama Dios te promueve que arregles tu situación antes de seguir con tu día. ¿Dónde quedó el orgullo? En el suelo y aplastado. Duele ¿verdad? Pues aunque no lo creas esto es lo mejor que puedes hacer. Además es bondadosa y llena de compasión. ¿Te preocupas por los demás? ¿Te percatas de las necesidades que hay a tu alrededor? ¿Te entregas a los demás? No es fácil dejar a un lado tus deseos y poner las necesidades de alguien más primero. Pero alguien que puede tener compasión de aquellos que lo necesitan, está entendiendo la sabiduría que viene del cielo. Otra característica es dócil. Quiere decir que recibe fácil la enseñanza, suave y apacible. Aunque no te guste, debes estar dispuesto a escuchar y aprender. A veces rechazas lo que no va de acuerdo con lo que piensas o incluso no quieres aceptar la instrucción por la persona que lo está diciendo. El ser dócil, te lleva a un conocimiento superior, te crea un criterio más completo, te ayuda a entender la buena voluntad del Señor a través de sus mandamientos. No rechaces la instrucción que te es dada. Dios se encargó de poner ese recurso a tu alcance: ¡no lo menosprecies! Por último, es imparcial y sincera. Sabes que la imparcialidad no es una virtud en este mundo, pero entregando tus pensamientos a Dios, puedes lograr ser imparcial en tu vida y tomar las decisiones correctas y tener un juicio correcto, además, la sinceridad va de la mano con la imparcialidad. No permitas que tus palabras y actos pierdan valor por la falta de sinceridad, que la hipocresía no sea algo normal o aceptable en tu vida, recházala totalmente.
Así como ayer escribí sobre lo destructivo que es para tu vida el tener celos, envidias y contiendas en tu corazón, hoy quiero recordarte que hay un camino que produce fruto y paz. Este camino es el que trazó Dios para ti y para mí. ¿Quieres seguirlo?

Oración
Padre: gracias por mostrarme una forma tan diferente e increíble para vivir. No puedo creer que pueda tener una vida con paz, sinceridad, dócil, bondadosa, etc pues jamás he podido trabajar en todos esos atributos. Sé que no es fácil y por eso te pido que pongas en mí las ganas para hacerlo y que no pierda este deseo de hacer las cosas diferentes. Quiero seguir tu camino y obedecerte. Ayúdame y guíame. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén