domingo, 13 de diciembre de 2015

Salta por la borda por el Señor Jesús

Salta por la borda por el Señor Jesús
“ENTONCES DIJO A PEDRO: ¡ES EL SEÑOR!… Y SE TIRÓ AL MAR” (Juan 21:7)
Después de que los discípulos de Jesús pasaron la noche pescando sin recoger nada, éste les dijo: “Echad la red a la derecha de la barca” (Juan 21:6) y entonces sacaron 153 peces. Así es como funciona; una palabra Suya y todo cambia para bien.
Luego leemos: “Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se tiró al mar [y fue hacia Jesús]” (Juan 21:7). Démonos cuenta de que Pedro tuvo que decidir entre dejar sus peces e ir a Jesús o quedarse en el barco y disfrutar del fruto de su arduo trabajo. Todos nos enfrentamos a esa misma prueba cuando cumplimos las metas que nos hemos propuesto en la vida, cuando nuestras redes están llenas y por fin “lo hemos conseguido”. El dilema es: ¿nos quedamos a guardar nuestras bendiciones o saltamos por la borda por el Señor y nos comprometemos con Él totalmente?
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Salta De Tu Barca para Encontrarte Con Jesús
Pablo habla brevemente de sus éxitos en la vida: “Yo tengo también de qué confiar en la carne” de la tribu de Benjamín en cuanto a la Ley, fariseo en cuanto a la justicia que se basa en la Ley, irreprochable.(Filipenses 3:4-6). Si tenemos en cuenta su historial, Pablo era “Alguien de Peso”. Pero escucha lo que añade: “cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida todo lo tengo por basura para ganar a Cristo”. (Filipenses 3:8). Pablo entendió que su verdadera identidad no radicaba en sus logros sino en su relación con Jesús. ¿Te sientes tú así? En aquella noche, daba la impresión de que Pedro estaba perdiéndolo todo, sin embargo cuando llegó a la orilla se encontró con que Jesús estaba ocupado, ¡asando pescado! Todo lo que necesitas, Dios lo tiene. Todo lo que dejas, Él lo pagará con creces. Todo aquello que estás dispuesto a dejar atrás determina, en última instancia, aquello que el Señor te puede confiar.