miércoles, 24 de enero de 2024

Poder bajo control

 


Poder bajo control

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mateo 11: 28-30

Hoy reflexionaremos acerca de la mansedumbre.

¿Qué es? En términos muy generales podemos catalogarla como “poder bajo control” un ejemplo de esto son los caballos pura sangre que con alrededor de 900 kg de puro músculo y un gran cerebro se rehúsan a usar su fuerza bruta con tal de sujetarse a las directrices de su jinete. En la vida cristiana somos mansos cuando teniendo el poder, dado por Dios, de decidir nuestro propio camino, decidimos someternos a nuestro Creador y obedecer su palabra. Dice la palabra que la mansedumbre hace parte del fruto del Espíritu Santo, es un regalo gratuito que recibimos cuando creemos en Cristo y que nos permite caminar bajo su dirección siempre y cuando nos dispongamos a hacerlo.

¿Qué no es? La mansedumbre no es debilidad, al contrario, y como vimos es puro poder que viene dado de lo alto. Poder controlar un carácter carnal y mundano como el de todos los humanos, renunciar a tener siempre la razón y abandonarse en las manos de Dios. No es algo que desarrollemos por nosotros mismos, es la obra del Espíritu de Dios que se desarrolla en una relación íntima de amor con Cristo.

¿Qué reciben los mansos? Nada más ni nada menos que una herencia completa de paz y felicidad, como está escrito: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5:5). Cuando lo sometemos todo a Dios y no dependemos de las circunstancias terrenales, nos convertimos en los dueños de la tierra. Las preocupaciones por el futuro, las culpas del pasado y las frustraciones del presente simplemente desaparecen.

Jesús es nuestro mayor ejemplo de mansedumbre, Dios mismo hecho hombre con todo el poder y autoridad para destruir a sus enemigos, decidió morir en una cruz por amor a ellos y por nosotros. Aprendamos de Él y hallaremos descanso para nuestra alma, porque su autoridad (yugo) es fácil de llevar y su carga liviana.  Oración

«Padre de la gloria cuánto anhelo ser mansa y humilde de corazón como Cristo lo fue, obra en mi vida este don maravilloso que aliviana mis cargas y me da descanso en las dificultades de esta vida. Amén