miércoles, 26 de junio de 2013

el dolor y la culpa.

Jeremías 17:14: “Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque Tú eres mi alabanza.”



La mente humana puede ser herida con dos tipos de lesiones. Una es el dolor y la otra es la culpa. El dolor es una herida limpia. De alguna manera, su corazón se repondrá al Espíritu Santo aplicar su bálsamo sanador. Él derramará el “óleo de alegría”. El tiempo y la gracia de Dios le sanarán. Por el contrario, la culpa es una herida sucia y nunca sanará hasta no ser confesada y limpiada con el antiséptico del Calvario. Un esclavo sólo le teme al látigo de su amo, sin embargo el hijo teme desagradar a su padre.

PUNTO DE ACCIÓN:

¿Está sufriendo bajo una carga de culpa? Permita que el Espíritu Santo le muestre su pecado. Luego, confiéselo y obtenga el gozo del perdón de Cristo.