jueves, 20 de agosto de 2015

Salmos.19.v7-14

Salmos.19.v7-14 Cuando pensamos en la ley, muchas veces la asociamos con lo que nos impide divertirnos. Pero aquí vemos lo opuesto: leyes que convierten el alma, nos hacen sabios y alegran el corazón y alumbran los ojos, nos amonestan y nos galardonan. Esto es porque las leyes de Dios son guías y luces en nuestro camino, y no cadenas en nuestras manos y pies. Nos señalan el peligro y nos advierten, luego nos señalan el triunfo y nos guían.

19.12, 13 Muchos cristianos se ven plagados de sentimientos de culpa. Les preocupa la posibilidad de haber pecado inconscientemente, o haber hecho algo bueno pero con intenciones egoístas, o no haber hecho el mejor esfuerzo en alguna tarea, o haber olvidado hacer algo. La culpabilidad puede jugar un papel importante al llevarnos a Cristo y al hacer que nos comportemos apropiadamente, pero no debe debilitarnos ni atemorizarnos. El perdón de Dios es total y completo, aun cuando se trate de pecados inconscientes.

19.14 ¿Cambiaría de manera de vivir si supiera que cada palabra y pensamiento suyo Dios lo examina primero? David pidió que Dios aprobara sus palabras y sus pensamientos como si fueran ofrendas presentadas en el altar. Al comenzar cada mañana propóngase que el amor de Dios le guíe en todo lo que dice y piensa.