sábado, 21 de marzo de 2020

Oremos por los enfermos


Oremos por los enfermos
 “Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará el Señor. El Señor lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. El Señor lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad.” Salmos 41:1-3
Aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva cada día creciendo en el conocimiento de Cristo; nuestra meta eterna es mucho más grande en esperanza y consuelo, que las dificultades que podamos estar pasando en este momento.
Una de esas dificultades, es la enfermedad, que toca a la puerta de todos en algún momento, pero ¿cómo debemos enfrentarla?
La Palabra de Dios nos enseña siempre a sembrar para luego cosechar, es decir, ayudar a los necesitados y desventurados, porque luego nosotros estaremos en la misma situación y necesitaremos de ayuda, “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. “(Mateo 5:7) Por lo tanto, esta debe ser la disposición de nuestro corazón cuando estamos con salud, pensar en aquellos que no la tienen y que necesitan ayuda y consuelo.
Lo primero que podemos hacer por los enfermos es orar fervientemente a Dios para que sea sanado (Santiago 5:14-15), buscando siempre que se cumpla la voluntad y propósito de Dios (1 Juan 5:14); lo segundo, es buscar la forma de ayudar a suplir sus necesidades fundamentales, cuando así lo requiera. Debemos ir de la oración, buscando dirección, a la acción, buscando obedecer a Dios.
Es importante que el enfermo siga las recomendaciones médicas, porque Dios vela por la ciencia (Proverbios 22:12), también manifiesta su cuidado y amor por medio de los médicos y profesionales de la salud, por los cuales debemos orar, pidiendo a Dios que les dé sabiduría para aliviar las dolencias de sus pacientes. Practiquemos este principio que nos da su Palabra hoy para que sea manifiesto nuestro amor por el prójimo. Oración.
«Señor, tú conoces nuestra debilidad, te pido sustento para todos los enfermos en este momento y alivio a su dolencia, si es conforme a tu voluntad que sean sanados, pero más importante aún que conozcan a Jesús, para que tengan vida eterna. Amén» Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.