jueves, 13 de agosto de 2009

Ester 7


Ester 7 -

CAPÍTULO 7
Versículos 1-6. Ester acusa a Amán. 7-10. Amán es ahorcado en su propio patíbulo.

Vv. 1-6.Si el amor por la vida nos hace rogar fervorosamente a quienes sólo pueden matar el cuerpo, ¡cuán fervorosas debieran ser nuestras oraciones a Aquel que puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno! ¡Cuánto debiéramos orar por la salvación de nuestros parientes, amigos y de todos los que nos rodean! -Cuando presentamos peticiones a hombres grandes tenemos cautela para no ofenderles; hasta las quejas justas deben ser retenidas. Pero cuando nos acercamos con reverencia al Rey de reyes, no podemos pedir ni esperar demasiado. Aunque nada, sino ira es lo que merecemos, Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.

Vv. 7-10.El rey estaba enojado: los que hacen las cosas por voluntad propia, reflexionan después, y se reprochan a sí mismos. Cuando estemos enojados debemos hacer una pausa antes de tomar cualquier resolución y, así, gobernar nuestro propio espíritu y demostrar que somo llevados por la razón. Los que son más altivos e insolentes cuando se hallan en el poder y la prosperidad, corrientemente, como Amán, son los más abyectos y más pobres de espíritu cuando son derribados. Viene el día en que los que odian y persiguen a los elegidos de Dios estarán felices de atenderlos.
El rey devuelve más ira contra Amán. Los que estaban cerca de él, estaban listos para ejecutar su ira. ¡Cuán poco seguros pueden estar los hombres orgullosos de los intereses que creen tener! Los enemigos de la iglesia de Dios a menudo han sido sorprendidos en su propia astucia. El Señor es conocido por tales juicios.
Entonces se pacificó la ira del rey y no antes. ¿Y quién tiene lástima de Amán ahorcado en su propio patíbulo? Más bien se regocijan en la destrucción que su propia artimaña le acarreó. Que los hacedores de iniquidad tiemblen, se vuelvan al Señor y busquen perdón por medio de la sangre de Jesús.