Dios nos seduce con cuerdas de amor
“Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en él,
y él en Dio
s”, 1 Juan 4:16b
Cuando el hombre trata de definir a Dios, generalmente lo
hace en términos humanos, concibiéndolo conforme a las pasiones egoístas de su
corazón, pero cuando Juan proclama “Dios es amor”, está haciendo una
declaración del carácter de Dios, pues es el más importante de sus atributos:
el amor.
La Biblia nos muestra las más extraordinarias
manifestaciones del amor de Dios por su pueblo, en Oseas 11:1-2 dijo: “Cuando
Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamé,
tanto más se alejaron de mi presencia”. Aquí el profeta dulcemente muestra la
mente y los pensamientos más profundos e íntimos del corazón de Dios. El
profeta continúa diciendo: “Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín,
tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los
atraje, con cuerdas de amor; y puse delante de ellos la comida” (Oseas 11:3-4).
Nos describe la imagen de un padre abnegado y amoroso que cuida a su hijo
durante esos indefensos primeros años, tomándole de los brazos y ayudándole en
sus primeros pasos. ¡Qué afecto, entrega, cuidado y cariño!
Esas manifestaciones de amor se sellaron en Juan 3:16 que
dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. El amor
es entrega y Dios entregó en sacrificio a su Hijo Único para que nosotros, los
que ponemos la fe en Él, estemos toda la eternidad en su presencia. Este es un
amor asombroso, y somos nosotros quienes decidimos disfrutar de ese amor o
rechazarlo, y aun así, Dios nos sigue llamando y todo lo que tenemos que hacer
es aceptar su amor en la persona del Señor Jesucristo. Oración.
Amado Padre, cierro mis ojos y vuelvo al vientre de mi madre,
convencido que tú diste el soplo de mi vida y esperas mi nacimiento para
tomarme de la mano y enseñarme a caminar. Me has tomado en tus brazos y sobre
tus hombros me has cuidado. Qué amor tan perfecto y sublime es el que tú das,
gracias mi amado Dios. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.