viernes, 23 de abril de 2021

Justificados por la fe

 

Justificados por la fe


“De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” Gálatas 3:24

Linaje de Abraham y herederos según la promesa de Dios, es lo que somos los creyentes en Cristo.

Hermanos, estamos en el tiempo de la gracia donde la salvación es un regalo de Dios para todos los que creen en Cristo (Efesios 2:8). Se ha acabado el tiempo donde el ser aceptos delante de Dios era por las obras de la Ley; dice la Palabra de Dios que esta Ley fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a quien fue dada la promesa de fe, por lo cual, nos dice el versículo de hoy, que la Ley ha sido nuestra guía encargada de conducirnos a Cristo. Pero una vez venida la fe ya no estamos bajo ley, ya que todos podemos ser hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús (Gálatas 3:19, 25-26).

Dios nos ve como a su unigénito Hijo gracias a que estamos revestidos de Él, hemos sido bautizados por el Espíritu en su cuerpo y ahora somos uno en Él, ya no hay varón ni mujer, esclavo ni libre, todos somos uno en Cristo Jesús (1 Corintios 12:13, Gálatas 3:27-28).

Lo que nos revela todo esto es que ahora, como hijos de Dios justificados por la fe y sellados por su Santo Espíritu, ya no estamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo, somos libres en la libertad con que Cristo nos hizo libres, solamente que no usemos esta libertad como pretexto para pecar, sino mejor sirvámonos por amor los unos a los otros porque toda la ley se cumple en esto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Gálatas 5:13-14). “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” (Gálatas 6:2).  Oración.

«Padre Santo, Tú eres incomparable y tu amor inagotable; te doy gracias por entregar a tu Hijo unigénito para hacerme justo delante de ti por mi fe en Él. Gracias Jesús por no rendirte en esa cruz. Gracias Espíritu Santo por revelarme a Cristo y su palabra de verdad. Dios, mi alma te alaba, gloria y honra a ti, Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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